El barco de los sueños



Había una vez en el país de las aguas transparentes y los canales mágicos, una capitán de barco llamada Marina. Era una mujer valiente, conocida por navegar los ríos del Tigre con gran destreza. Cada mañana, sacaba su barco, el *Sueños de Agua*, y surcaba las aguas buscando nuevas aventuras y secretos por descubrir.

Un día, mientras navegaba por un canal más pequeño de lo habitual, Marina vio algo brillante en el agua. Se acercó para investigar y se dio cuenta de que era una hermosa isla, llena de árboles y flores de todos los colores. "¡Qué lugar tan mágico!"- exclamó asombrada.

Al desembarcar, se encontró con una mujer llamada Clara, que vivía en la isla. Clara tenía una sonrisa que iluminaba el lugar y una risa que sonaba como música. "Hola, viajera. Soy Clara, ¡bienvenida a mi hogar!"- dijo con alegría.

A medida que pasaban los días, Marina y Clara pasaron tiempo juntas, hablando de sueños y aventuras. Pero había una cosa más: Clara estaba casada. "Me encanta este lugar y tu compañía, pero debo recordar que soy una mujer comprometida"- dijo Clara un día, mientras caminaban por la orilla.

Marina sintió un nudo en su corazón, pero decidió que la amistad era la mejor opción. "Entiendo, Clara. La amistad es un tesoro, y me siento muy afortunada de compartirlo contigo"- respondió.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que la tranquilidad de la isla se viera interrumpida. Un fuerte temporal se avecinaba y se pronosticaban fuertes lluvias. Marina, con su instinto de capitán, supo que debía ayudar a Clara. "Debemos asegurarnos de que tu hogar esté a salvo antes de que llegue la tormenta. Vamos a trabajar juntas"- propuso, decidida.

Ambas se pusieron a trabajar y, mientras recogían cosas, Clara confesó: "No sé qué haría sin tu ayuda, siento que me has salvado de mucho más que solo una tormenta"-.

Marina sonrió. "La amistad nos hace fuertes, y juntos podemos enfrentar cualquier desafío"-

Las dos lograron proteger la isla de las lluvias, pero el verdadero desafío llegó cuando la familia de Clara vino a buscarla. "Clara, tienes que regresar. La familia te necesita"- dijo su esposo, preocupado.

Clara miró a Marina con ojos llenos de tristeza. "Debo irme, pero siempre recordaré este tiempo contigo"-.

Marina sintió que su corazón se rompía un poco, pero sabía que era lo correcto. "Te quiero ver feliz, eso es lo que realmente importa. Siempre serás mi amiga"-.

Mientras Clara se alejaba en el barco familiar, Marina sintió una mezcla de alegría y tristeza. Había aprendido que, aunque el amor puede tomar muchas formas, a veces el amor más grande es el que se siente por la felicidad del otro. Desde ese día, prometió cuidar siempre de su isla y recordar a su amiga, llevando su luz en el corazón.

Marina continuó navegando y explorando, pero siempre llevando consigo la lección más importante: el respeto hacia los compromisos de los demás y el poder de la amistad.

Y así, cada vez que cruzaba por la isla, sonreía y decía en voz alta: "¡Hasta pronto, Clara!"- sabiendo que, aunque sus caminos eran diferentes, su amistad duraría para siempre.

FIN.

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