El Barrio Encantado
Había una vez en un barrio tranquilo y colorido, dos amigos llamados Mateo y Facundo. Eran inseparables y siempre jugaban juntos después de la escuela.
Un día, decidieron explorar un nuevo camino que los llevó a un sector desconocido del barrio. -Mateo, ¿crees que deberíamos volver? No reconocemos nada de aquí -dijo Facundo con preocupación. -No te preocupes, Facu. Seguro podemos encontrar nuestro camino de regreso -respondió Mateo tratando de sonar valiente.
Pero mientras caminaban, se dieron cuenta de que no reconocían ninguna casa ni calle a su alrededor. Se habían perdido. -¡Oh no! ¿Qué vamos a hacer ahora, Mateo? -exclamó Facundo al borde de las lágrimas. -Tranquilo, Facu.
Vamos a pensar con calma y encontraremos la manera de volver a casa -dijo Mateo intentando mantener la calma para tranquilizar a su amigo. Decidieron preguntarle indicaciones a una señora mayor que pasaba por allí.
La amable señora les explicó cómo llegar de vuelta al centro del barrio, pero advirtió:-Chicos, tengan cuidado y presten atención en el camino. A veces perdernos nos enseña cosas nuevas sobre el lugar donde vivimos. Los chicos asintieron con gratitud y se pusieron en marcha siguiendo las indicaciones recibidas.
En el camino encontraron un parque hermoso que nunca habían visto antes y descubrieron una fuente donde podían refrescarse bajo el sol caliente.
-Mira, Facu, ¡esto es genial! Aunque estemos perdidos por un rato, encontramos este lugar increíble -exclamó Mateo emocionado. -Sí, tenés razón Mateo. A veces perderse puede llevarnos a descubrir cosas maravillosas -respondió Facundo con una sonrisa en el rostro.
Después de jugar un rato en el parque, lograron encontrar su camino de regreso siguiendo las indicaciones de la señora mayor. Finalmente llegaron sanos y salvos a sus casas donde sus familias los esperaban preocupadas pero aliviadas al verlos llegar bien.
Esa noche antes de dormir, Mateo le dijo a Facundo:-Sabes qué, amigo? Aunque nos hayamos perdido hoy, aprendimos que siempre podemos encontrar nuestro camino si mantenemos la calma y pedimos ayuda cuando lo necesitamos. -Tienes razón, Mateo.
Y también aprendimos que incluso en situaciones difíciles podemos encontrar momentos felices si sabemos mirar a nuestro alrededor con atención -agregó Facundo reflexionando sobre lo ocurrido ese día.
Y así terminó la aventura de Mateo y Facundo en el barrio aquel día: con nuevos aprendizajes sobre la importancia de mantener la calma ante los desafíos y la capacidad de encontrar belleza incluso en medio del caos.
FIN.