El bebé de la granja Limache


Un día soleado, Teresita, Jacinta y Santiago estaban en la granja jugando con las gallinas. Teresita era la mayor de los tres y siempre les enseñaba a sus hermanos cosas nuevas sobre los animales.

"Chicos, ¿saben qué? Mamá está esperando un bebé. ¡Vamos a tener otro hermanito!", exclamó Teresita emocionada. Jacinta y Santiago se miraron con alegría. Estaban muy emocionados por conocer al nuevo miembro de la familia.

Decidieron que debían preparar algo especial para darle la bienvenida al bebé. "¡Tengo una idea! Vamos a decorar su habitación con dibujos de animales", sugirió Santiago entusiasmado. Los tres hermanos buscaron hojas de papel y lápices de colores para comenzar su obra maestra.

Dibujaron jirafas altas, leones valientes y elefantes graciosos; todos los animales que les gustaban. Mientras tanto, sus padres trabajaban duro en la granja cuidando a las gallinas y recolectando huevos frescos.

Sabían que pronto tendrían más responsabilidades con el nuevo bebé en camino, pero estaban felices por ampliar su familia. Pasaron los días y cada vez se acercaba más el momento del nacimiento del bebé. Teresita, Jacinta y Santiago estaban ansiosos por conocerlo.

Querían ser buenos hermanos mayores y ayudar en todo lo posible. Una noche, mientras toda la familia cenaba junta, llegó el momento tan esperado. La mamá empezó a sentir contracciones fuertes y supo que era hora de ir al hospital.

Papá llamó a un vecino para que se quedara en la granja cuidando de las gallinas y todos salieron corriendo hacia el auto. En el hospital, Teresita, Jacinta y Santiago esperaban con nerviosismo en la sala de espera.

No sabían qué iba a pasar ni cómo sería su nuevo hermanito. Pero estaban seguros de una cosa: lo amarían con todo su corazón. Finalmente, escucharon un llanto suave proveniente de una habitación cercana. Era el bebé que acababa de nacer.

Los tres hermanos se miraron emocionados y entraron corriendo a la habitación. Allí estaba su mamá, sonriente y feliz, sosteniendo al pequeño bebé en sus brazos. "¡Es un niño!", exclamó Teresita emocionada.

Jacinta acercó una manta suave para envolver al bebé mientras Santiago le mostraba uno de los dibujos que habían hecho para él. "Hola, bebé", dijo Jacinta dulcemente. "Nosotros somos tus hermanitos mayores: Teresita, Jacinta y Santiago". El bebé abrió sus ojitos curiosos y les dedicó una sonrisa tierna.

Parecía entender todo lo que le decían sus nuevos hermanos mayores. A medida que crecía, el bebé se convirtió en parte integral de la familia Limache.

Teresita, Jacinta y Santiago siempre estuvieron ahí para cuidarlo y enseñarle sobre los animales de la granja. Juntos jugaron entre las gallinas e hicieron paseos por el campo descubriendo nuevas aventuras cada día. La llegada del bebé no solo trajo alegría a la familia, sino también unión y amor.

Teresita, Jacinta y Santiago aprendieron el valor de cuidar a los demás y trabajar juntos como una verdadera familia. Y así, en la granja Limache, los hermanos vivieron felices rodeados de animales y con un amor inmenso por su nuevo hermanito.

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