El Bosque Confundido
En un hermoso bosque vivían muchos animales: había conejitos, ardillas, ciervos y pájaros de todos los colores. Todos ellos jugaban y disfrutaban del clima perfecto. Pero un día, algo extraño comenzó a suceder.
Los días de invierno eran cálidos y los veranos parecían venir más pronto. Las hojas de los árboles no sabían si ponerse amarillas o seguir verdes. Los animalitos estaban muy confundidos.
- ¡Hola, Conejito! ¿Sabés por qué está tan caliente en invierno? - preguntó la Ardilla, mientras movía su colita.
- No tengo idea, ¡todo está raro! - respondió el Conejito, rascándose las orejas.
Las noticias llegaron a la reunión del Bosque. Todos los animales se juntaron bajo el gran roble.
- Amigos, creo que el clima está cambiando - dijo el Sabio Búho, que siempre tenía la respuesta a todas las preguntas.
- Esto se llama cambio climático. Es como si la Tierra estuviera un poco confundida, igual que nosotros.
- ¿Confundida? - preguntó el Ciervo, moviendo su cabeza. - Pero, ¿qué podemos hacer?
- Podemos poner de nuestra parte - dijo el Búho con seriedad. - Debemos cuidar nuestro hogar, el bosque.
Los animales se miraron entre sí, llenos de determinación. Cada uno decidió aportar algo para ayudar a nuestro querido bosque.
La Ardilla, que era muy ágil, comenzó a recoger basura del suelo.
- ¡Miren! - gritó mientras mostraba un plástico brillante. - ¡Esto no pertenece al bosque!
Los pájaros, volando alto, comenzaron a cantar canciones que hablaban sobre la importancia de cuidar la naturaleza, y así, su música llegó hasta los humanos.
- ¡No hay que olvidar las plantas! - dijo el Conejito. - ¡También podemos plantar más árboles!
Así que, con ayuda de todos, empezaron a cuidar las plantas del bosque. Juntos, regaron, sembraron semillas y cuidaron de los árboles. Lo que sucedió a continuación fue mágico.
A medida que pasaban los días, el bosque comenzó a renacer. Las flores florecieron más coloridas, los árboles se llenaron de hojas verdes y los días empezaron a tener un balance entre el calor y el frío.
- ¡Miren lo que logramos! - exclamó el Ciervo, saltando de alegría.
- La Tierra ya no está tan confundida, porque nosotros hicimos algo para ayudarla - agregó el Conejito.
El Búho sonrió, feliz por sus pequeños amigos.
- Recuerden, siempre que cuidemos nuestro entorno, el bosque será un lugar hermoso para todos.
Y así, el bosque volvió a ser un hogar alegre y saludable. Todos los animales aprendieron que aunque el clima pueda confundirse, hay maneras de ayudar a la Tierra porque, juntos, siempre son más fuertes.
Desde ese día, los animalitos del bosque no solo cuidaron su hogar, sino que también enseñaron a los humanos la importancia de cuidar el lugar donde viven. Y el bosque nunca más volvió a estar confundido.
FIN.