El bosque de la alegría


En un hermoso bosque vivía una pequeña niña llamada Sofía. Un día, Sofía se sentía muy triste porque había perdido su juguete favorito, un osito de peluche que su abuelita le había regalado.

Mientras caminaba por el bosque lleno de árboles altos y frondosos, tropezó con una roca y cayó al suelo. Justo en ese momento, una hermosa mariposa de colores brillantes revoloteaba a su alrededor. La mariposa se posó suavemente en la nariz de Sofía, haciéndola reír.

- ¡Ay, qué cosquillas! - exclamó Sofía, riendo a carcajadas. La mariposa le habló con una voz dulce y le dijo: - Hola, soy Maripa, y estoy aquí para llevarte a un lugar especial.

Sorprendida, Sofía siguió a Maripa, quien la guió a través del bosque hasta llegar a un claro lleno de flores de todos los colores. - Este es el Bosque de la Alegría - anunció Maripa.

- Aquí, todos los seres mágicos del bosque se reúnen para traer alegría a quienes la necesitan. Sofía se maravilló al ver hadas, duendes, y animales parlantes llenos de vida y energía. Poco a poco, su tristeza se fue desvaneciendo, reemplazada por alegría y curiosidad.

Maripa le presentó a todos los habitantes del bosque, quienes compartieron sus historias y trucos mágicos con ella. Al final del día, Sofía se despidió del Bosque de la Alegría con el corazón lleno de esperanza y una sonrisa en el rostro.

De regreso a casa, encontró a su abuelita, quien le había preparado su merienda preferida. - Abuelita, hoy conocí el Bosque de la Alegría y aprendí que, incluso en los momentos tristes, siempre hay un lugar donde podemos encontrar la felicidad - dijo Sofía con emoción.

Abrazándola, la abuelita respondió: - La magia está en todos lados, sólo debemos saber cómo encontrarla.

Desde ese día, Sofía llevó consigo la enseñanza del Bosque de la Alegría, recordando que la felicidad está siempre presente, solo hay que saber dónde buscarla.

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