El Bosque de la Amistad
Había una vez, en una tierra lejana, una Isla Secreta rodeada por aguas azules y cristalinas. En el centro de esta isla, se alzaba un bosque encantado, donde los árboles susurraban entre ellos y los animales hablaban. En este mágico lugar vivía una valiente heroína llamada Lila, que siempre estaba dispuesta a ayudar a sus amigos.
Un día, mientras exploraba el bosque, Lila escuchó un llanto muy suave. "¿Quién está ahí?"- preguntó. Tras un arbusto, apareció un pequeño conejo de pelaje brillante. "¡Hola, Lila! Soy Toby. He perdido a mi mejor amigo, Pipo, y no sé dónde encontrarlo"- dijo el conejito, con lágrimas en los ojos.
"No te preocupes, Toby. Juntos lo vamos a encontrar"- respondió Lila, sonriendo y con el corazón lleno de determinación.
Ambos se adentraron en el bosque, donde se encontraron con la tortuga Tina. "¿Han visto a Pipo, la ardilla?"- preguntó Lila.
"No, pero he notado algo raro. Una sombra se ha apoderado de la parte más hermosa del bosque. Tal vez eso tenga que ver con la desaparición de Pipo"- dijo Tina, preocupada.
"¿Sombra?"- repitió Toby con su vocecita. "¡Debemos ir allí!"-
Cuando llegaron a la zona oscura, se encontraron con un extraño ser, una bestia cubierta de sombras. "¿Qué hacen aquí, pequeños? Este es mi territorio ahora"- gruñó la criatura.
"¡No puedes hacer esto!"- exclamó Lila, sintiendo que era el momento de mostrar coraje. "El bosque necesita estar lleno de luz y amistad, no de sombra y miedo"-.
"¡Ja! Solo soy un guardián de lo que está perdido"- respondió el ser. "¿Qué sabes sobre la amistad?"-
"Sé que la amistad une a los seres, incluso en los momentos más oscuros"- dijo Lila, mientras el conejo y la tortuga se acercaban a su lado, mostrando su apoyo.
La bestia, intrigada, se cruzó de brazos. "¿Podrían ayudarme a encontrar lo que he perdido?"-
"¿Pero qué has perdido?"- preguntó Toby, con curiosidad.
"He perdido la capacidad de sentir la alegría de los demás. Estoy solo desde hace tanto tiempo que no sé lo que es sonreír"- confesó la bestia, con tristeza en su mirada oscura.
"Podemos ayudarte a encontrarlo. La amistad no solo se siente, se comparte"- dijo Tina, moviendo lentamente su cabeza en señal de apoyo.
Así, los cuatro se pusieron en marcha, llenando el camino con risas y juegos. Mientras caminaban, Lila les contaba historias sobre el valor de la amistad. Al principio, la bestia se sintió incómoda, pero poco a poco, empezó a reírse de las locuras de Toby y a sonreír con las ocurrencias de Tina.
Finalmente, llegaron a un claro lleno de flores radiantes. "Aquí es donde la alegría del bosque se encuentra"- dijo Lila. "Respira profundo, escúchala"-
La bestia se detuvo, y por primera vez, sintió algo cálido en su interior. "¿Qué es esto?"- preguntó, abriendo los ojos con sorpresa.
"Es la alegría compartida, el hermoso poder de la amistad"- explicó Lila. "Viejo amigo, si quieres volver a sentirla, tendrás que hacer amigos de verdad. Solo así la luz regresará a tu vida"-.
El ser, emocionado, decidió hacer un trato: "Si me ayudan a encontrar a Pipo, prometo nunca más dejar que la sombra me consuma"-.
"¡Trato hecho!"- exclamó Lila, llena de energía.
Después de un par de horas más buscando, al caer la tarde, encontraron a Pipo atrapado entre unas ramas. "¡Pipo!"- gritaron todos al unísono.
"¡Lila! ¡Toby! ¡Tina! ¡Ayúdenme!"- gritó Pipo, al ver a sus amigos. Juntos, usaron su fuerza y finalmente liberaron a Pipo.
"Gracias, amigos"- dijo Pipo, emocionado. Entonces, todos juntos se dieron cuenta de algo: la bestia no estaba sola. Se había convertido en un amigo más dentro del grupo.
"¡Felicidades! Han superado la oscuridad con su luz, la luz de la amistad!"- dijo la bestia ahora amiga.
Desde ese día, el bosque encantado brilló como nunca antes, y la sombra no volvió a asomarse, pues la amistad siempre fue más fuerte.
Lila, Toby, Tina, Pipo y su nuevo amigo vivieron muchas aventuras, siempre recordando que la amistad es la mayor justicia de todas: uniendo corazones y colaborando a iluminar incluso los rincones más oscuros.
Y así, cada día en el bosque encantado se llenó de risas y alegría, donde la amistad crecía sin límites, y aquellos que se cruzaban en su camino, nunca volvían a sentir soledad.
FIN.