El Bosque de la Amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegrilandia, donde todos los habitantes eran muy alegres y felices. En ese lugar mágico vivían cinco amigos inseparables: Alegría, Tristeza, Angustia, Enojo y Calma.
Un día, mientras jugaban en el parque, Alegría propuso una aventura emocionante. Quería explorar el Bosque Encantado que se encontraba al otro lado del río. Los demás aceptaron emocionados y rápidamente se prepararon para la travesía.
Llegaron al río y vieron que no había puente para cruzarlo. La alegría se convirtió en angustia cuando pensaron que no podrían continuar con su aventura. Pero entonces apareció Calma con una idea brillante.
"¡No se preocupen! Podemos construir un puente improvisado con los troncos de los árboles cercanos", dijo Calma tranquilamente. Todos trabajaron juntos y lograron cruzar el río sin problemas. Al llegar al Bosque Encantado, quedaron maravillados por la belleza de las flores coloridas y los animales exóticos que habitaban allí.
Sin embargo, su emoción fue interrumpida cuando Enojo pisó accidentalmente un nido de avispas enfurecidas. Los cinco amigos corrieron asustados mientras las avispas les picaban sin piedad. La alegría dio paso a la tristeza y la angustia se apoderó de ellos.
Afortunadamente, encontraron refugio en una cueva cercana donde pudieron curarse las heridas y calmarse poco a poco. Fue en ese momento, cuando Tristeza tuvo una idea.
"¡Podemos utilizar nuestras habilidades emocionales para superar cualquier obstáculo! Si nos unimos y trabajamos juntos, podemos encontrar una solución a cualquier problema", dijo Tristeza con determinación. Inspirados por las palabras de Tristeza, los cinco amigos decidieron seguir explorando el Bosque Encantado.
Encontraron un camino lleno de rocas resbaladizas y empinadas que les impedía avanzar. Pero esta vez estaban preparados. Angustia recordó cómo construyeron el puente improvisado y propuso usar la misma técnica para crear escalones en el camino.
Enojo utilizó su fuerza para mover las rocas más grandes y Alegría animaba al grupo con su entusiasmo. Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron superar los obstáculos del camino y llegar al final del Bosque Encantado.
Allí encontraron una fuente mágica que concedía deseos a aquellos que habían demostrado valentía y perseverancia.
Cada uno de ellos hizo un deseo especial: Alegría deseó que todos los habitantes de Alegrilandia aprendieran a trabajar juntos; Tristeza deseó que todas las personas pudieran expresar sus emociones libremente; Angustia deseó que todos pudieran encontrar soluciones a sus problemas; Enojo deseó aprender a controlar su temperamento; Calma deseó llevar paz a todos los corazones. Al regresar al pueblo, se dieron cuenta de que sus deseos se habían hecho realidad.
Los habitantes comenzaron a trabajar juntos, expresaban sus emociones sin temor al juicio, encontraban soluciones a los problemas y aprendían a controlar sus temperamentos. La calma reinaba en Alegrilandia.
Y así, gracias a la amistad y el trabajo en equipo de Alegría, Tristeza, Angustia, Enojo y Calma, lograron convertir su pequeño pueblo en un lugar lleno de felicidad y armonía para todos sus habitantes.
FIN.