El bosque de la amistad



En un hermoso bosque rodeado de árboles frondosos y flores de todos los colores, vivían tres amigos muy especiales: Lucas, Sofía y Mateo. Ellos eran inseparables y siempre estaban juntos jugando y explorando.

Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron una pequeña criatura que parecía estar perdida. Era un conejito blanco con orejas largas y ojos brillantes. Apenas lo vieron, los tres amigos se acercaron a él para ayudarlo. "¿Estás perdido?", preguntó Lucas con ternura.

El conejito asintió con la cabeza y comenzó a llorar suavemente. Los niños se miraron entre sí y supieron que debían hacer algo para ayudar al conejito a encontrar su hogar.

Decidieron llevarlo a la casa del sabio búho del bosque, quien tenía la respuesta a todas las preguntas. Cuando llegaron al árbol donde vivía el búho, éste les dio la solución: "El dueño del conejito vive en el otro extremo del bosque.

Deben seguir el camino de piedras rojas hasta llegar allí". Los tres amigos tomaron al conejito en brazos y emprendieron su viaje hacia el otro extremo del bosque siguiendo las piedras rojas que iban encontrando en su camino.

Durante la travesía, enfrentaron varios desafíos como ríos caudalosos e incluso una tormenta repentina. Pero gracias a su amistad y valentía, lograron superar cada obstáculo sin rendirse nunca. Se apoyaban mutuamente cuando alguno se cansaba y siempre encontraban una forma de seguir adelante.

Finalmente, después de mucho caminar, llegaron al hogar del conejito. Un niño pequeño con lágrimas en los ojos salió corriendo a abrazar a su mascota perdida. Estaba muy agradecido por la ayuda de Lucas, Sofía y Mateo.

El niño invitó a los tres amigos a pasar un rato en su casa y les ofreció jugo de frutas frescas que él mismo había preparado.

Mientras disfrutaban del refresco, el niño les contó cómo había perdido al conejito mientras jugaban en el bosque. "Gracias por traerlo de vuelta", dijo el niño con una sonrisa. "No hay problema", respondieron los amigos al unísono. Después de pasar un rato divertido juntos, Lucas, Sofía y Mateo se despidieron del niño y regresaron al bosque.

En su camino de vuelta, se dieron cuenta de que habían aprendido algo muy importante: la amistad y el amor pueden superar cualquier obstáculo.

Desde ese día, Lucas, Sofía y Mateo siguieron explorando el bosque juntos, pero ahora también estaban más atentos para ayudar a cualquier criatura que necesitara su apoyo. Aprendieron que la amistad verdadera es un regalo maravilloso que debe ser compartido con todos aquellos que lo necesiten.

Y así, entre risas y aventuras, los tres amigos continuaron viviendo felices en su amado bosque lleno de amor y amistad.

FIN.

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