El bosque de la amistad



Había una vez un niño llamado Marcos que vivía en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. Aunque su hogar era modesto, tenía una hermosa vista al bosque y a lo lejos se podía ver un gran árbol.

Marcos solía pasar mucho tiempo observando el árbol desde su ventana. Le fascinaba cómo sus ramas se movían con el viento y cómo los pájaros construían sus nidos en ellas.

Pero lo que más le llamaba la atención era un pequeño zorro que vivía cerca del árbol. Un día, mientras Marcos jugaba en el patio trasero, vio al zorro acercarse a él lentamente. El niño estaba emocionado y decidió llamarlo Zorro.

"Hola Zorro, ¿quieres jugar conmigo?"- preguntó Marcos emocionado. El zorro asintió con la cabeza y comenzaron a correr juntos por todo el jardín. Pasaron horas divirtiéndose hasta que llegó la hora de regresar a casa.

Marcos entró corriendo para contarle a su mamá sobre su nuevo amigo animal. Al escucharlo, ella sonrió y le dijo:"Es maravilloso tener amigos tan especiales como Zorro". Los días pasaban y la amistad entre Marcos y Zorro crecía cada vez más fuerte.

Juntos exploraban el bosque, trepaban al árbol gigante e inventaban juegos divertidos. Un día, mientras estaban sentados bajo el árbol descansando después de una larga caminata, escucharon unos ruidos extraños provenientes de una casa abandonada cercana.

Curiosos por saber qué era lo que ocurría, decidieron ir a investigar. Al llegar, vieron a un niño llorando en la puerta de la casa. "¿Qué te pasa? ¿Necesitas ayuda?"- preguntó Marcos preocupado. El niño explicó que se había perdido y no sabía cómo regresar a su hogar.

Sin pensarlo dos veces, Marcos decidió ayudarlo y le ofreció quedarse en su casa hasta encontrar una solución.

Esa noche, mientras los tres niños cenaban juntos, el niño perdido llamado Juan les contó sobre su amor por las plantas y los animales. Era un apasionado de la naturaleza al igual que Marcos. Los días pasaron y Juan encontró el camino de regreso a su hogar gracias a la ayuda de Marcos y Zorro.

Pero antes de partir, hizo una promesa:"Prometo volver algún día para devolverles todo el cariño que me han brindado". Marcos y Zorro volvieron a sus rutinas diarias pero siempre recordaban con cariño aquellos momentos compartidos con Juan.

Pasaron los años y un día, cuando menos lo esperaban, alguien tocó la puerta. ¡Era Juan!"No podía olvidarme de ustedes. Quiero cumplir mi promesa", dijo emocionado. Juan les mostró fotos del hermoso jardín que había creado en su hogar con plantas exóticas y animales salvajes.

Además, trajo semillas especiales para que Marcos pudiera cultivarlas en su propio jardín. Desde ese día, Marcos aprendió mucho sobre botánica y junto con Zorro cuidaba del jardín más hermoso del pueblo.

La amistad entre ellos creció aún más fuerte y todos los niños del pueblo venían a aprender de ellos. Así, gracias al árbol, el zorro, la casa, el niño y su mamá, se creó una hermosa comunidad que valoraba y cuidaba de la naturaleza.

Y fue así como Marcos descubrió que las amistades inesperadas pueden traer grandes alegrías y enseñanzas a nuestras vidas.

FIN.

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