El bosque de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Felicidad, tres amigos muy especiales: Amor, Brayan y Valeria Bebé.

Amor era un osito de peluche muy tierno y cariñoso, Brayan era un perrito juguetón y travieso, y Valeria Bebé era una muñeca adorable con grandes ojos brillantes. Un día soleado, los tres amigos decidieron aventurarse en el bosque encantado que se encontraba al otro lado del río.

Estaban emocionados por descubrir nuevos tesoros y secretos que el bosque guardaba. Al adentrarse en el bosque, se encontraron con un duende malhumorado llamado Grunón. "¿Qué hacen aquí ustedes? Este es mi bosque y no permito intrusos", dijo Grunón con voz amenazante.

Amor, siendo el más amable de los tres, se acercó a Grunón y le dijo: "Disculpe señor duende, no queríamos molestarlo. Solo estamos explorando y buscando nuevas aventuras".

Grunón frunció el ceño pero al ver la ternura en los ojos de Amor, su corazón se ablandó un poco. "Está bien, pueden quedarse un rato pero no hagan travesuras", dijo finalmente. Los cuatro comenzaron a caminar juntos por el bosque encantado.

Descubrieron hermosas mariposas revoloteando entre las flores coloridas, pájaros cantando melodías alegres y arroyos cristalinos donde podían refrescarse. De repente, escucharon un llanto proveniente de detrás de unos arbustos. Corrieron hacia allí y encontraron a un conejito asustado atrapado en una red dejada por cazadores furtivos.

El conejito les suplicó ayuda para poder liberarse. Brayan usó su hocico ágil para romper la red mientras Valeria Bebé consolaba al conejito con palabras dulces. Una vez libre, el conejito les dio las gracias emocionado y les prometió ser su amigo por siempre.

Grunón observaba todo desde lejos sorprendido por la valentía y bondad de sus nuevos amigos. Se acercó lentamente hacia ellos y dijo: "Perdónenme por haber sido tan gruñón antes.

Ustedes me han mostrado que la verdadera magia está en ayudar a otros desinteresadamente". Desde ese día en adelante, Amor, Brayan, Valeria Bebé y Grunón se convirtieron en inseparables compañeros de aventuras en el bosque encantado.

Juntos aprendieron que la verdadera amistad va más allá de las apariencias y que siempre hay espacio para la bondad en cada corazón.

FIN.

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