El Bosque de la Amistad
Había una vez tres amigos llamados Alex, David y Jose que vivían en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque. Un día, decidieron adentrarse en el bosque para explorar y divertirse, sin imaginar que vivirían una gran aventura.
- ¡Vamos chicos! Este bosque parece misterioso y emocionante. Seguro encontraremos cosas increíbles -dijo Alex con entusiasmo. Los tres amigos caminaban entre los árboles altos y retorcidos, escuchando los sonidos de la naturaleza a su alrededor.
De repente, se dieron cuenta de que se habían alejado mucho del pueblo y ya no reconocían el camino de regreso. - ¿Están seguros de que saben hacia dónde vamos? -preguntó David, mirando a su alrededor con preocupación.
- Tranquilos chicos, solo debemos seguir adelante y encontraremos el camino de regreso -respondió Jose intentando mantener la calma. Pero conforme avanzaban, el bosque parecía volverse más oscuro y amenazador.
Los árboles crujían como si tuvieran vida propia y las sombras jugaban extrañas travesuras a su alrededor. De repente, escucharon un susurro escalofriante que los heló hasta los huesos. Una voz susurraba: "¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi bosque?"Los tres amigos se miraron asustados, sin saber qué responder.
Fue entonces cuando vieron a una figura alta y oscura acercarse lentamente hacia ellos desde la espesura del bosque. - ¡Corran! -gritó Alex mientras tomaba la mano de sus amigos y comenzaba a correr desesperadamente entre los árboles.
La figura misteriosa los perseguía con pasos rápidos y pesados, emitiendo risas siniestras que resonaban en todo el bosque. Los niños corrían sin parar, con el corazón latiéndoles fuertemente en el pecho.
Finalmente, lograron llegar a un claro en medio del bosque donde se detuvieron para recuperar el aliento. Miraron hacia atrás pero no vieron rastro de la figura oscura que los había perseguido. - Eso estuvo demasiado cerca...
¿Qué creen que era esa cosa? -preguntó David temblando aún por la emoción. - No lo sé... pero creo que hemos aprendido una lección importante: nunca debemos adentrarnos tan lejos en lugares desconocidos sin estar preparados -respondió Jose reflexionando sobre lo ocurrido.
Los tres amigos se abrazaron sintiéndose aliviados de estar juntos y seguros. Decidieron tomar otro camino de regreso al pueblo, esta vez más atentos y unidos que nunca. Al llegar a casa, contaron a sus familias la emocionante aventura que habían vivido en el bosque.
Aunque fue aterrador en ese momento, comprendieron la importancia de cuidarse mutuamente y ser precavidos cuando se aventuraran fuera de su zona conocida.
Desde ese día, Alex, David y Jose siguieron siendo grandes amigos dispuestos a enfrentar juntos cualquier desafío que la vida les presentara. Y aunque recordaban aquella experiencia con escalofríos, también sabían que les había dejado una valiosa lección: siempre es mejor estar preparados antes de adentrarse en lo desconocido.
FIN.