El Bosque de la Amistad


Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de un gran bosque, cinco niños muy traviesos que decidieron aventurarse a jugar al escondite en el espeso bosque. Los niños se llamaban Martín, Sofía, Lucas, Valentina y Juan.

Los cinco amigos corrían y reían entre los árboles, escondiéndose y buscando al resto. Pero de repente, se dieron cuenta de que estaban tan metidos en el juego que ya no sabían cómo regresar a casa.

El sol comenzaba a ocultarse y los niños se miraron preocupados. - ¡Ay! ¿Y ahora cómo volvemos a casa? -preguntó Valentina con voz temblorosa. - No sé, nunca habíamos llegado tan lejos en el bosque -respondió Lucas con cara de preocupación.

Los cinco amigos se abrazaron asustados pero recordaron lo importante que era mantenerse unidos. Decidieron caminar juntos en busca del camino de regreso a su hogar. Mientras caminaban, cantaban canciones para darse ánimo y no sentir tanto miedo.

Después de un rato caminando, escucharon una voz familiar que los llamaba desde lejos. Era la mamá de Martín que los había estado buscando desesperadamente por todo el bosque.

- ¡Martín! ¡Sofía! ¡Lucas! ¡Valentina! ¡Juan! -gritaba la mamá mientras corría hacia ellos con lágrimas en los ojos. Los niños corrieron emocionados hacia su mamá y se abrazaron fuertemente sintiendo una mezcla de alivio y felicidad.

La mamá les explicó lo preocupada que había estado al notar su ausencia y les recordó lo peligroso que podía ser perderse en el bosque. - Nunca más se vuelvan a separar así, chiquilines.

Lo importante es cuidarse unos a otros y nunca olvidar que la familia siempre está ahí para ayudarnos -dijo la mamá con ternura. Los cinco amigos asintieron comprendiendo la lección aprendida ese día: la importancia de la amistad, la unión y el cuidado mutuo.

Juntos emprendieron el camino de regreso a casa mientras el sol se ponía en el horizonte, prometiéndose nunca más separarse ni perderse en aquel bosque encantado.

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