El Bosque de la Amistad


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, dos amigas inseparables: Vida y Fe. Vida era alegre, curiosa y siempre estaba lista para vivir nuevas aventuras.

Por otro lado, Fe era más tranquila, reflexiva y siempre veía el lado positivo de las cosas. Un día, mientras paseaban por el bosque encantado de Arcoiris, se encontraron con un hada misteriosa que les dijo: "Queridas amigas, su amistad es tan fuerte que han despertado la magia de este bosque.

Pero para mantenerla viva, deberán superar tres desafíos juntas". Vida y Fe se miraron con determinación y aceptaron el desafío. El primer desafío consistía en cruzar un río caudaloso sin puente ni bote.

Vida propuso nadar hasta la otra orilla, pero Fe sugirió construir juntas un puente con las ramas de los árboles caídos. "¡Vamos Vida! Si unimos nuestras fuerzas, podemos lograrlo", dijo Fe con confianza.

Así fue como trabajaron en equipo, cada una aportando sus habilidades únicas. Al finalizar el puente, cruzaron victoriosas hacia la siguiente prueba. El segundo desafío era encontrar una llave dorada escondida en lo más alto de una montaña nevada.

Vida quería escalar rápidamente la montaña sin pensar en las consecuencias, pero Fe propuso planificar cuidadosamente cada paso para llegar seguras a la cima. "Tranquila Vida, si tenemos paciencia y perseverancia lograremos nuestro objetivo", alentó Fe mientras trazaba un mapa detallado del camino a seguir.

Con paciencia y determinación, escalonaron la montaña enfrentando obstáculos como avalanchas y ventiscas heladas. Finalmente alcanzaron la cima donde encontraron la llave dorada brillando bajo el sol del atardecer. Para el tercer desafío debían abrir una puerta mágica custodiada por un dragón temible.

Vida quería enfrentarlo directamente con valentía e impulsividad; sin embargo, Fe sugirió acercarse al dragón con calma y comprensión para descubrir qué lo atormentaba.

"Dragón amigo -dijo Fe con voz suave-, ¿qué te preocupa tanto que te impide dejar pasar a estas nobles damiselas?"El dragón sorprendido por la empatía de Fe reveló que se sentía solo y abandonado desde hacía mucho tiempo. Sin dudarlo, Vida extendió su mano hacia él ofreciéndole amistad sincera.

"No estás solo querido dragón -dijo Vida con cariño-, ahora tienes dos nuevas amigas listas para acompañarte". El dragón emocionado abrió la puerta mágica permitiendo que Vida y Fe pasaran victoriosas hacia una sala llena de luz resplandeciente donde las esperaba el hada sonriente.

"Han demostrado que juntas son invencibles" -dijo el hada orgullosa"Ahora su amistad perdurará por siempre en este bosque encantado".

Y así fue como Vida y Fe aprendieron que aunque eran muy diferentes entre sí, cuando combinaban sus cualidades podían superar cualquier desafío que se les presentara. Juntas descubrieron el verdadero poder de la amistad y cómo este vínculo especial podía transformar sus vidas para siempre.

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