El bosque de la amistad


En lo más profundo del bosque de Arrayanes, vivía un conejo muy especial llamado Rocklet. Rocklet era conocido por su valentía y por siempre estar dispuesto a ayudar a sus amigos del bosque en cualquier situación.

Un día, mientras Rocklet saltaba de rama en rama reagarrando zanahorias silvestres, escuchó unos llantos provenientes de un claro cercano. Curioso, se acercó sigilosamente y descubrió a Matteo, un niño que se había perdido en el bosque.

"¿Qué te pasa, amigo?" -preguntó Rocklet con ternura. Matteo levantó la mirada entre sollozos y respondió: "Me perdí de mi mamá mientras jugábamos cerca del arroyo. Ahora no sé cómo volver a casa". Rocklet sonrió amablemente y dijo: "Tranquilo, Matteo.

Yo te ayudaré a encontrar el camino de regreso. Pero antes, debemos buscar algo para marcar nuestro camino y así no perdernos".

Juntos recolectaron ramas y hojas para hacer una especie de sendero que los guiara de regreso a la aldea donde vivía Matteo. Mientras caminaban, Rocklet le contaba historias sobre las criaturas mágicas del bosque para animar al pequeño niño. De repente, escucharon un rugido proveniente de unos arbustos cercanos.

Ambos se detuvieron asustados, pero pronto vieron salir a Lila, una leona anciana que habitaba en el bosque. "No temas", dijo Lila con voz suave. "Solo vine a asegurarme de que estén bien. He oído sobre tu valentía, Rocklet".

El conejo asintió con modestia y explicó la situación con Matteo. Lila ofreció acompañarlos hasta la aldea y juntos emprendieron el camino nuevamente. Mientras avanzaban entre los árboles centenarios y las cascadas cristalinas, Matteo comenzó a sentirse más tranquilo gracias al apoyo de sus nuevos amigos.

Finalmente llegaron a la aldea donde la mamá de Matteo los esperaba angustiada. "¡Matteo!" -exclamó su mamá corriendo hacia él para abrazarlo fuertemente.

Matteo le contó emocionado sobre su aventura en el bosque junto a Rocklet y Lila, mientras ellos asentían orgullosos por haber ayudado al pequeño niño perdido. La mamá de Matteo les dio las gracias calurosamente y les prometió visitarlos seguido para llevarles deliciosas zanahorias como muestra de gratitud.

Desde ese día en adelante, Matteo visitaba regularmente el bosque junto a sus amigos Rocklet y Lila, aprendiendo grandes lecciones sobre valentía, amistad y solidaridad en cada nueva aventura que vivían juntos.

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