El Bosque de la Amistad Brillante
Había una vez en un bosque encantado, una mariposa muy especial llamada Lulú. Lo que la hacía diferente de las demás mariposas era que su alma era tan negra como la noche.
A pesar de esto, Lulú era amable y cariñosa con todos los habitantes del bosque. Un día, mientras volaba entre las flores, Lulú escuchó sollozos provenientes de un rincón oscuro del bosque. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño búho llorando desconsoladamente.
"¿Qué te sucede, amigo búho?", preguntó Lulú con ternura. El búho levantó la mirada y le explicó que se sentía triste porque no podía ver los colores del mundo debido a sus ojos nocturnos.
Lulú sintió compasión por él y decidió ayudarlo. "No te preocupes, amigo búho. Tengo una idea", dijo Lulú animadamente. Lulú se posó en el pico del búho y juntos emprendieron un viaje por todo el bosque.
Mientras volaban, Lulú describía con detalle los colores de las flores, árboles y animales que veían a su paso.
El búho quedaba maravillado con cada relato de Lulú y poco a poco empezó a imaginar en su mente todos esos colores tan hermosos que ella le describía. Con el tiempo, el búho aprendió a apreciar la belleza del mundo de una manera diferente gracias a la ayuda de Lulú.
Un día, mientras exploraban una pradera llena de margaritas blancas bajo el sol brillante, el búho detuvo su vuelo y miró fijamente a Lulú con gratitud en sus ojos brillantes. "Gracias por abrirme los ojos a un mundo lleno de color aunque yo solo pueda verlo en mi mente", expresó emocionado el búho.
Lulú sonrió feliz al escuchar esas palabras y comprendió entonces que no importa cómo seas por fuera o cómo luzca tu alma; lo importante es la bondad y amor que puedas compartir con los demás.
Desde ese día, Lulù y el bùho se convirtieron en grandes amigos inseparables que recorrían juntos cada rincón del bosque compartiendo historias e imaginando juntos un mundo lleno de colores y alegría.
Y así fue como la mariposa negra del alma enseñó al bùho ciego a ver más allá de lo físico para encontrar la verdadera belleza que reside en lo más profundo del corazón.
FIN.