El Bosque de la Astucia


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Julieta Caperusita. Ella vivía con su madre y su abuelita en una casita rodeada por un hermoso bosque.

Un día, la mamá de Julieta le dijo: "Julieta, tu abuelita no se siente bien y necesita nuestra ayuda. Quiero que lleves esta canasta llena de comida saludable a su casa y asegúrate de seguir el camino correcto".

Julieta tomó la canasta y salió emocionada hacia la casa de su abuela. Mientras caminaba por el bosque, se encontró con el Lobo Feroz. "Hola, Julieta", dijo el Lobo Feroz con una sonrisa maliciosa.

"¿A dónde vas tan apurada?""Voy a visitar a mi abuelita", respondió Julieta con inocencia. El Lobo Feroz se frotó las manos pensando en lo fácil que sería engañar a la niña para llegar primero a la casa de su abuela y comerse toda la comida. "Escucha, Julieta", susurró el lobo acercándose sigilosamente.

"Te voy a dar un consejo muy importante. El camino más corto para llegar a casa de tu abuela es por aquí -dijo señalando un sendero oscuro y peligroso-.

"Pero justo en ese momento apareció el Conejito Sabio, quien había escuchado todo desde detrás de los arbustos. "¡Espera un minuto!", exclamó el Conejito Sabio corriendo hacia ellos. "Ese no es el camino correcto, Julieta. El lobo está tratando de engañarte.

El camino seguro y rápido es por aquí -dijo señalando otro sendero bien iluminado-. "Julieta agradeció al Conejito Sabio y siguió su consejo, tomando el camino correcto hacia la casa de su abuela.

Mientras caminaba, se encontró con otros animales del bosque que también intentaban desviarla. El Zorro Astuto le dijo: "Julieta, si quieres llegar más rápido, debes tomar este atajo". Pero el Mapache Curioso intervino y le dijo a Julieta que no confiara en el zorro.

La Ardilla Veloz sugirió un camino lleno de árboles caídos, pero el Pájaro Cantor la convenció de seguir por el sendero principal. Finalmente, Julieta llegó a la casa de su abuelita sana y salva.

La abuelita estaba muy feliz de verla y disfrutaron juntas de una deliciosa comida saludable. Mientras tanto, los animales del bosque se reunieron para felicitar al Conejito Sabio por haber salvado a Julieta del peligro.

El conejito les recordó lo importante que es siempre escuchar a los adultos responsables y no dejarse engañar por personas malintencionadas. Desde aquel día, Julieta aprendió la importancia de ser valiente y escuchar buenos consejos. Nunca más volvió a perderse en el bosque ni permitió que nadie la engañara.

Y así, todos vivieron felices en aquel pequeño pueblo argentino donde cada uno aprendió la importancia de cuidarse mutuamente y ser astutos ante las trampas del mundo exterior.

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