El Bosque de la Autenticidad



Había una vez en un hermoso bosque encantado, un pequeño árbol llamado Groot. Era diferente a los demás árboles, ya que tenía la habilidad de hablar y moverse.

Groot siempre repetía una y otra vez: "Yo soy Groot, yo soy Groot". Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con sus amigos animales: el conejito Saltarín y el pajarito Trin-trin. Ambos se sorprendieron al ver a Groot tan emocionado repitiendo su frase una y otra vez.

"¡Hola, Saltarín! ¡Hola, Trin-trin! Yo soy groot", exclamó emocionado. Saltarín y Trin-trin miraron confundidos a su amigo.

El conejito decidió preguntarle:"Groot, ¿por qué repites tanto esa frase?"Groot sonrió y respondió:"Es porque quiero recordarme a mí mismo que no importa cuán pequeño o diferente sea uno mismo, todos somos importantes y únicos en nuestro propio camino". Saltarín y Trin-trin quedaron impresionados con las palabras de sabiduría de Groot.

Decidieron acompañarlo en su viaje para descubrir más sobre la importancia de ser uno mismo. Mientras caminaban juntos por el bosque, se encontraron con un lago mágico donde vivía una simpática rana llamada Croac.

Croac notó la tristeza en los ojos de Saltarín y le preguntó qué le pasaba. "Croac, me siento insignificante comparado con mi amigo Groot", dijo Saltarín bajando la cabeza. Croac saltó hacia una hoja flotante y dijo:"Saltarín, cada uno de nosotros tiene talentos y habilidades únicas.

No te compares con los demás, encuentra lo que te hace especial". Saltarín sonrió al comprender las palabras de Croac. Decidió mostrarle a Groot su talento para saltar muy alto.

"¡Mira, Groot! ¡Yo puedo saltar más alto que cualquier otro conejo!", exclamó Saltarín emocionado. Groot aplaudió entusiasmado y le dijo:"¡Eso es increíble, Saltarín! Tú eres un conejito muy especial". Trin-trin también se sintió inspirado por las palabras de Croac y decidió mostrar su hermoso canto al grupo.

Todos quedaron maravillados al escuchar sus melodiosas notas. El trío continuó su viaje por el bosque hasta llegar a una colina empinada donde encontraron a un pequeño zorrito llamado Zorro.

Zorro estaba triste porque no podía correr tan rápido como los otros animales del bosque. "No importa cuán lento o rápido seas, Zorro", dijo Groot con ternura. "Lo importante es disfrutar del camino y ser feliz siendo tú mismo".

Zorro sonrió tímidamente y decidió demostrarles que aunque no fuera el más veloz, tenía una gran resistencia para correr distancias largas sin cansarse. El grupo siguió explorando el bosque juntos, aprendiendo sobre la importancia de aceptarse tal como eran. Cada uno descubrió sus propias fortalezas y talentos especiales.

Finalmente, llegaron a un claro en el bosque donde había un árbol gigante llamado Matriarca. Matriarca era el árbol más antiguo del bosque y tenía una gran sabiduría.

Groot se acercó a Matriarca y le preguntó:"Matriarca, ¿cómo puedo ayudar a otros a sentirse importantes y únicos?"Matriarca sonrió y respondió:"Querido Groot, la mejor forma de ayudar es ser un ejemplo viviente. Al aceptarte y amarte a ti mismo, inspiras a los demás a hacer lo mismo".

Groot asintió con gratitud mientras sus amigos animales escuchaban atentamente las palabras de Matriarca. Juntos comprendieron que todos somos groot en nuestro propio camino.

Desde ese día, Saltarín saltaba felizmente por el bosque, Trin-trin cantaba melodías hermosas para alegrar los corazones de todos, Zorro corría distancias largas sin perder el aliento y Groot seguía repitiendo su frase con orgullo: "Yo soy Groot, yo soy Groot".

Y así, gracias a su amor propio y aceptación mutua, estos valientes amigos animales vivieron felices para siempre en el mágico bosque encantado.

FIN.

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