El Bosque de la Bondad



Había una vez una niña llamada Franchesca, quien vivía junto a sus queridos padres y su perrita Cata. Un hermoso día soleado, decidieron salir todos juntos a dar un paseo por el parque cercano.

Franchesca estaba muy emocionada por la aventura que les esperaba.

Se colocó su sombrero favorito y agarró la correa de Cata mientras decía: "¡Vamos, Cata! ¡A disfrutar del día!"La familia caminaba tranquilamente por el parque cuando de repente escucharon un ruido extraño proveniente de los arbustos. Franchesca se acercó con cautela para ver qué era y descubrió un pequeño pájaro herido. - ¡Mamá, papá, encontré un pajarito lastimado! - exclamó Franchesca preocupada.

Sus padres se acercaron rápidamente y vieron al pajarito temblando en el suelo. Decidieron llevarlo a casa para cuidarlo hasta que estuviera sano nuevamente. En casa, todos se pusieron manos a la obra para construirle un nido cómodo al pajarito.

Franchesca fue responsable de buscar gusanitos para alimentarlo, mientras que sus padres le daban agua fresca y lo mantenían abrigado. Días pasaron y el pajarito comenzó a recuperarse gracias al amor y cuidado de Franchesca y sus padres.

Pero había llegado el momento de devolverlo a la naturaleza. Un fin de semana, decidieron hacer una excursión al bosque para liberar al pequeño pájaro. Empacaron todo lo necesario: comida para picnic, mantas y una jaula para transportar al pajarito.

Al llegar al bosque, Franchesca sintió un cosquilleo de emoción en su estómago. Se acercó a la jaula y abrió la puerta con cuidado. El pajarito salió volando rápidamente, llenando el aire con sus hermosas alas.

- ¡Adiós, amiguito! ¡Que tengas una vida llena de aventuras y felicidad! - exclamó Franchesca mientras veía cómo el pajarito se perdía entre los árboles. La familia continuó su día en el bosque, disfrutando del picnic y explorando la naturaleza.

Mientras caminaban por un sendero, escucharon un fuerte ruido proveniente de un arbusto cercano. - ¿Qué será eso? - preguntó papá con curiosidad. Franchesca se acercó lentamente al arbusto y descubrió a una ardilla atrapada entre las ramas.

Sin dudarlo, llamaron a los guardabosques para que pudieran rescatarla de manera segura. Después del emocionante rescate, decidieron regresar a casa con una lección aprendida: nunca sabes qué sorpresas te esperan durante un simple paseo por el parque o el bosque.

A veces, podemos encontrar criaturas necesitadas que necesitan nuestro amor y cuidado. A partir de ese día, Franchesca y su familia comenzaron a colaborar con organizaciones locales para ayudar a animales en peligro. Juntos aprendieron sobre la importancia de proteger y conservar nuestra fauna silvestre.

Y así fue como Franchesca mama papa y la perrita Cata descubrieron que cada paseo puede convertirse en una aventura llena de bondad y solidaridad.

FIN.

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