El Bosque de la Creatividad



Era un día soleado en el pequeño pueblo de Viento Fresco. Dos chicos, Tomás y Lía, se encontraban sentados en la plaza, aburridos y sin saber qué hacer.

"¡Qué aburrido está todo!", se quejó Tomás, lanzando una piedra al suelo con frustración.

"Sí, me siento igual. No hay nada divertido para hacer hoy", añadió Lía, mientras cruzaba los brazos.

De repente, del aire apareció un destello de luz y, con un suave brillo, apareció un personaje muy curioso: la Creatividad.

"Hola, chicos, ¿por qué están tan desanimados?", preguntó la Creatividad con una sonrisa brillante.

"Estamos aburridos y no sabemos qué hacer", respondió Lía, mirando a la extraña figura que se presentaba ante ellos.

"Mmm, entiendo. A veces el aburrimiento puede provocar otras cosas, como la ansiedad o la tristeza. Pero estoy aquí para ayudarlos a que su creatividad brille", dijo Creatividad mientras movía sus manos en el aire y, de pronto, la plaza cobró vida.

Las flores comenzaron a bailar, los pájaros cantaban melodías y el viento soplaba suaves notas musicales.

"¡Guau! ¿Qué es todo esto?", exclamó Tomás, asombrado.

"Es el Bosque de la Creatividad. Aquí pueden dejar fluir sus ideas. ¡El primer paso es pensar en algo que les gustaría crear juntos!", explicó la Creatividad.

Los chicos se miraron intrigados. Sin embargo, en ese momento, comenzaron a aparecer otros personajes: la Furia, el Temor, el Desagrado, la Tristeza, la Envidia y la Ansiedad, cada uno con un aspecto peculiar.

La Furia apareció con un rostro enojado y los brazos cruzados.

"¿Y qué tal si a nadie le importa lo que hagan?", gritó desafiando a los chicos.

El Temor, encorvado y tembloroso, agregó en voz baja:

"Pero, ¿y si no les sale bien?"

El Desagrado, con una mueca, les dijo:

"¡Seguro será un desastre!"

La Tristeza suspiró y dijo:

"No tiene sentido, tal vez se sientan peor."

La Envidia miró a los otros personajes mientras decía:

"Quizá otros lo hagán mejor que ustedes..."

Y la Ansiedad, dando vueltas nerviosamente, exclamó:

"¡Ay, no sé qué hacer! ¡Esto me estresa!"

Los chicos se sintieron abrumados por todos esos pensamientos negativos y empezaron a desanimarse.

"¡Alto!", interrumpió la Creatividad, alzando la mano. "Chicos, no dejen que esos pensamientos los detengan. A veces los miedos y desconciertos son parte del proceso. Pero al final, todo se puede superar. Amor y pasión, eso es lo que cuenta. Vamos a probar juntos. ¡Piensen en algo que les encante!".

Tomás y Lía reflexionaron un momento. Entonces, Tomás dijo:

- “¡Podemos crear una obra de teatro! ”

- “Sí, ¡eso sería divertido! ”, exclamó Lía comenzando a emocionarse.

La Creatividad sonrió.

"¡Exacto! Vamos a trabajar en eso. Mientras elaboremos la historia, todos los demás personajes se darán cuenta que la creatividad es más fuerte que ellos. ¡Aventurémonos!".

Los chicos comenzaron a redactar ideas y a improvisar con la ayuda de la Creatividad, que guiaba sus pensamientos. Así, la Historia de un dragón que se convertía en amigo de todos comenzó a tomar forma.

Poco a poco, a medida que se concentraban en lo que estaban creando, la Furia se fue calmando, el Temor comenzó a desvanecerse, y el Desagrado se dio cuenta que participando de la obra sería divertido. La Tristeza se transformó en alegría, la Envidia se sintió contenta al ver cómo el proceso unió a los chicos, y la Ansiedad encontró tranquilidad al jugar con la creación de sus personajes.

Finalmente, los chicos estaban listos para presentar su obra en la plaza. Con las sonrisas llenas de emoción, subieron a un improvisado escenario y contaron la aventura del dragón juntos. La plaza se llenó de risas y aplausos. Las emociones que antes les habían hecho dudar ahora formaban parte de su historia, y los personajes se desvanecieron al descubrir que habían sido superados por la fuerza de la creatividad.

Cuando todo terminó, la Creatividad los felicitó.

- “Vieron, nunca dejen que la inseguridad o el temor les digan que no pueden hacer algo. La verdadera magia surge cuando lo intentan juntos.”

Los chicos sonrieron, llenos de gratitud por haber aprendido que la creatividad puede derrotar cualquier duda.

Desde ese día, cada vez que se sentían perdidos o aburridos, sabían que podían volver al Bosque de la Creatividad y así se llenaban de nuevas ideas para compartir. Y así, en el pequeño pueblo de Viento Fresco, La Creatividad se convirtió en su mejor amiga.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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