El Bosque de la Gratitud


Había una vez un hermoso bosque donde habitaban diferentes animales: el conejo Saltarín, la ardilla Curiosa, el pájaro Cantor y el zorro Astuto. Todos ellos vivían en armonía y se sentían agradecidos por la naturaleza que los rodeaba.

Un día, mientras Saltarín exploraba por el bosque, encontró algo muy especial. Era una planta mágica con flores brillantes y hojas relucientes. Sin pensarlo dos veces, decidió llevarla al resto de sus amigos para mostrarles su descubrimiento.

Saltarín llegó emocionado hasta donde estaban Curiosa, Cantor y Astuto. Les contó sobre la planta mágica y les mostró lo hermosa que era. Los demás animales quedaron maravillados ante tal belleza y decidieron cuidarla entre todos.

A partir de ese momento, los animales comenzaron a notar cambios en su entorno gracias a la planta mágica. Los árboles crecían más fuertes y frondosos, las flores desprendían un aroma delicioso y las fuentes de agua se mantenían cristalinas.

Los animales se sintieron aún más agradecidos por tener esa planta mágica en su hogar. Decidieron nombrarla —"Gratitud"  porque representaba todo lo bueno que ellos sentían hacia la naturaleza y hacia sí mismos.

Pero no todo sería tan fácil para nuestros amigos del bosque. Un día, cuando todos estaban disfrutando de los beneficios de Gratitud, apareció un cazador furtivo llamado Tramposo. Él había escuchado sobre las propiedades especiales de la planta mágica y quería apoderarse de ella para venderla.

Tramposo se acercó sigilosamente al bosque y comenzó a buscar la planta mágica. Los animales, que habían notado su presencia, se pusieron alerta y decidieron proteger a Gratitud con todas sus fuerzas.

Saltarín, Curiosa, Cantor y Astuto idearon un plan para despistar al cazador furtivo. Saltarín saltaría por todos lados para confundirlo, Curiosa lanzaría piñas desde los árboles hacia él, Cantor cantaría tan fuerte que Tramposo no pudiera concentrarse y Astuto se camuflaría entre las sombras para emboscarlo.

El plan funcionó perfectamente. Tramposo quedó atrapado enredado en una red que Astuto había preparado previamente. Los animales celebraron su victoria y agradecieron por tenerse los unos a los otros.

Desde aquel día, el bosque prosperó aún más gracias al cuidado de Gratitud y a la unión de los animales. Ellos aprendieron que la gratitud es un sentimiento poderoso que puede hacer grandes cosas cuando se comparte con amor.

Y así, Saltarín, Curiosa, Cantor y Astuto vivieron felices en su hogar rodeados de naturaleza próspera y sintiéndose eternamente agradecidos por todo lo que les brindaba cada día.

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