El Bosque de la Prudencia



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía una niña llamada Caperucita. Era una niña muy curiosa y valiente, siempre dispuesta a ayudar a los demás.

Un día, Caperucita recibió una misión muy especial de su abuela. La abuela le pidió que llevara una cesta llena de alimentos saludables y deliciosos a su casa, ya que se encontraba un poco enferma y necesitaba recuperarse pronto.

Caperucita, emocionada por poder ayudar a su abuela, comenzó su camino hacia la casa en el bosque. Pero lo que no sabía era que el malvado Lobo estaba al acecho, esperando la oportunidad perfecta para robarle la cesta de comida.

Mientras caminaba por el sendero del bosque, Caperucita se encontró con Valentina, una niña hambrienta que no había comido en todo el día. Al verla triste y desnutrida, Caperucita decidió compartir parte de su comida con ella. "Hola Valentina, ¿estás bien? Pareces tener mucha hambre"- dijo Caperucita preocupada.

"Sí, estoy muy hambrienta. No he comido nada hoy. "- respondió Valentina con lágrimas en los ojos. Sin pensarlo dos veces, Caperucita le ofreció algunos alimentos saludables de su cesta.

Juntas compartieron un delicioso picnic bajo la sombra de un árbol mientras charlaban y reían. Mientras tanto, el astuto Lobo observaba desde la distancia cómo Caperucita compartía generosamente sus alimentos con Valentina.

Se dio cuenta de que si quería robar la cesta, tendría que idear un plan aún más ingenioso. El Lobo decidió disfrazarse de abuela y esperar a Caperucita en la casa en el bosque. Sabía que Caperucita no sospecharía nada al verlo con el aspecto de su adorada abuela.

Cuando Caperucita llegó a la casa, se sorprendió al encontrar al Lobo vestido como su abuela. Pero algo en su instinto le hizo dudar. "Abuelita, ¿por qué tienes esos ojos tan grandes?"- preguntó Caperucita. "Es para verte mejor, mi querida nieta.

"- respondió el Lobo tratando de imitar la voz de la abuela. Caperucita sabía que algo no estaba bien y decidió poner a prueba al supuesto lobo-abuela.

Le pidió que le mostrara cómo podía saltar alto como ella solía hacerlo cuando era joven. El Lobo, creyendo que podría engañarla fácilmente, saltó torpemente sin lograr levantarse del suelo. En ese momento, Caperucita supo con certeza que aquel no era su amada abuelita.

Sin perder tiempo, Caperucita corrió fuera de la casa y llamó a sus amigas Valentina y Constanza para pedir ayuda. Juntas idearon un plan para atrapar al malvado lobo y proteger a todos los habitantes del pueblo.

Mientras tanto, Sofía y Atenaa estaban jugando cerca del bosque cuando escucharon los gritos de auxilio de Caperucita. Sin pensarlo dos veces, corrieron hacia ella para unirse a la misión de salvar a la abuela y capturar al lobo.

Con astucia y trabajo en equipo, las valientes niñas lograron engañar al Lobo y atraparlo en una trampa. Luego, llamaron a la policía del pueblo para que se lo llevaran lejos de allí. Caperucita aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser cautelosa y no confiar en extraños.

También comprendió el valor de compartir con los demás y ayudar a quienes más lo necesitan.

Desde aquel día, Caperucita, Valentina, Constanza, Sofía y Atenaa se convirtieron en grandes amigas y juntas realizaron muchas otras aventuras para proteger a su querido pueblo Villa Feliz. Y así termina esta historia infantil inspiradora y educacional donde aprendimos que siempre debemos estar alerta ante los peligros pero también dispuestos a ayudar a los demás.

FIN.

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