El Bosque de las Amistades
Era un hermoso día en el bosque enredado. Los árboles estaban llenos de hojas verdes brillantes y las flores danzaban al ritmo de la suave brisa. Caperucita Roja, con su capa roja ondeando, decidió que era un buen momento para compartir su historia con los demás animales del bosque.
"Hola a todos, hoy les voy a contar sobre mi aventura con la abuelita y el lobo feroz", comenzó Caperucita.
Pero antes de que pueda continuar, apareció el Lobo Feroz con su nueva sonrisa amable.
"¡Espera, Caperucita! Antes de que cuentes tu historia, ¿puedo sumarme? He cambiado y ahora soy amigo de todos. Además, hay algo que quiero decirle a todos".
Caperucita, sorprendida pero intrigada, asintió. No muy lejos de ahí, Blancanieves y Cenicienta estaban tranquilamente hablando.
"¿Cómo pueden estar tan tranquilas mientras el lobo busca un amigo?", preguntó Caperucita.
Blancanieves, que miró al lobo con confianza, respondió:
"Él ha cambiado, Caperucita. Todos podemos ser amigos si damos una oportunidad a los demás. El amor y la amistad son más poderosos que los miedos".
Cenicienta agregó:
"Sí, y nosotros tenemos que dejar que el pasado quede atrás. Lo importante es cómo nos comportamos ahora".
Mientras tanto, los Tres Chanchitos estaban cerca, discutiendo acaloradamente.
"¡Yo digo que la casa de miel es la mejor idea!", gritó el primer chanchito.
"No, ¡la mía de ladrillos es más resistente!", respondió el segundo.
"Chicos, lo que necesitamos es una casa que no se derrumbe y que todos podamos disfrutar", dijo el tercero, intentando calmar a sus hermanos.
En medio del alboroto, Gretel y Hansel, que estaban recogiendo flores, escucharon el jaleo.
"¿Qué pasa aquí?", preguntó Gretel.
"Los chanchitos no se ponen de acuerdo sobre su casa", contestó Hansel, riendo.
Gretel, siempre astuta, tuvo una idea.
"¿Y si hacemos un plan para ayudarles a decidir? Podemos organizar una competencia de casas donde todos participen".
Y así lo hicieron. Caperucita y los demás se unieron para organizar una gran competencia de casas. Blancanieves, Cenicienta y el Lobo Feroz se encargaron de encontrar materiales divertidos y coloridos. Los Tres Chanchitos empezaron a trabajar en sus casas de miel, ladrillos y paja.
Pero, al mismo tiempo, en el bosque oscuro, la Malvada Bruja observaba todo desde lejos, con una mirada maliciosa.
"Voy a arruinar esta competencia", murmuró para sí misma.
Cuando la competencia llegó, todos los personajes del bosque estaban emocionados. Caperucita presentó a los participantes mientras el Lobo Feroz se encargó de ser el jurado.
"¡Bienvenidos a la Gran Competencia de Casas! ¡El que tenga la casa más creativa ganará!" exclamó Caperucita, feliz.
Cada uno de los chanchitos mostró sus casas y todos aplaudieron. Cuando llegó el turno de los demás, los animales del bosque se sorprendieron al ver ideas creativas, sombrillas de colores y hasta una casa disfrazada de pastel.
En un intento de sabotear la competencia, la Malvada Bruja apareció y lanzó un hechizo para que las casas se desmoronaran al instante.
"¡Ja! ¡Nadie puede ganar!", gritó la Bruja.
Pero, en ese momento, el Lobo Feroz dio un paso adelante.
"¡No dejaré que arruines nuestra diversión! ¡Este bosque es un lugar de amistad y amor!". Con un soplido fuerte e impresionante, el lobo lanzó el hechizo de la bruja como si fuera humo.
"¡Impresionante!", exclamó Caperucita. "¡Los amigos pueden hacer cosas grandiosas unidos!".
Blancanieves y Cenicienta, animando a los demás, se unieron al lobo, creando un poderoso círculo de amistad.
"¡Démosle un respingo a la bruja! El amor es nuestro mejor hechizo", dijeron juntas.
Un resplandor de luz apareció y la Malvada Bruja se dio cuenta de que su poder no era nada comparado con la fuerza de la amistad.
"¡No puede ser!", gritó, mientras desaparecía entre las sombras del bosque.
Con la Bruja fuera de juego, la competencia continuó y los chanchitos, felices por haber estado juntos, ganaron no solo el reconocimiento de las casas más creativas, sino algo aún más importante: una amistad sincera.
"Gracias a todos por participar", dijo Caperucita mientras todos se abrazaban. "Recordemos que, aunque seamos diferentes, siempre podemos encontrarnos en el camino de la amistad".
Y así, en el bosque enredado, la alegría y la amistad brillaron más que nunca, y cada uno de sus habitantes aprendió que juntos podían superar cualquier obstáculo, incluso los más oscuros y temidos.
FIN.