El Bosque de las Aventura
Había una vez un niño llamado Lucas, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un inmenso bosque. Siempre había escuchado historias sobre las maravillas del bosque, pero también sobre los peligros que podía encerrar. Un día, decidido a explorar, Lucas se adentró en el bosque con una mochila llena de provisiones y su linterna.
Mientras caminaba, se encontró con un hermoso río lleno de pececitos que nadaban alegres. "¡Mirá, qué lindo!"- exclamó Lucas, emocionado. Entonces, decidió seguir el sonido del agua, pensando que sería la forma de conocer más del bosque. Sin embargo, no se dio cuenta de que se estaba alejando cada vez más de su casa.
Después de un rato, el sol comenzó a ocultarse detrás de los árboles. Lucas, preocupado, se dio cuenta de que había perdido el camino de regreso. "¿Qué voy a hacer ahora?"- se preguntó, sintiendo un nudo en la panza. Justo en ese momento, escuchó un suave susurro entre los árboles que lo hizo detenerse. Era una pequeña hada llamada Lila.
"No temas, Lucas. Yo te ayudaré a encontrar el camino de regreso."
"¿Pero, cómo?"- preguntó Lucas, con un poco de miedo aún.
"Primero, debes mantener la calma y creer en que todo se puede resolver. Ven, sígueme."
Lila voló con gracia y Lucas la siguió. Pero el camino no era fácil. En el camino, se toparon con un viejo zorro que preguntó: "¿Por qué estás tan triste, pequeño?"-
"Me perdí en el bosque y no sé cómo regresar a casa"- respondió Lucas con un hilo de voz.
"Los caminos del bosque son complejos, pero yo puedo guiarte. Sin embargo, primero debes resolver un acertijo."-
"¡Un acertijo! ¿Cuál?"- inquirió Lucas.
"¿Qué es lo que siempre está delante de ti pero no se puede ver?"-
Lucas pensó un momento y entonces gritó: "¡El futuro!"
El zorro sonrió, "Correcto. Ahora puedo mostrarte el camino, pero debes prometerme que siempre mirarás hacia adelante y nunca te quedarás estancado en tus miedos."-
Lucas asintió con entusiasmo y siguió al zorro.
Cuando llegaron a un claro, se encontró con un grupo de animales: un conejo, una tortuga y un búho. Todos lo recibieron con alegría.
"¿Por qué estás aquí, niño?"- preguntó la tortuga.
"Me perdí y estoy tratando de volver a casa"-
"¡Podemos ayudarte!"- dijo el conejo, mientras el búho añadió: "Pero antes, debemos preparar una cena para reponer fuerzas."-
Y así, se pusieron a trabajar. Cada animal trajo algo para compartir: el conejo trajo zanahorias, la tortuga hojas verdes, y el búho, frutas de los árboles. Al final, se sentaron todos juntos y disfrutaron de la cena mientras compartían historias del bosque. Lucas, sintiéndose más tranquilo, agradeció a sus nuevos amigos. "Nunca imaginé que este bosque tuviera tanta vida y amistad."-
Después de la cena, el búho dijo: "Es hora de que te acompañemos a casa. Pero primero tienes que descubrir cómo encontrar el camino solo."-
"¿Yo solo?"- preguntó Lucas, asustado de nuevo.
"La verdadera aventura está en tener confianza en uno mismo y aprender a tomar decisiones. Escucha al bosque y sigue tu intuición."
Así fue como Lucas se despidió de sus amigos y comenzó a caminar. Recordando todo lo que había aprendido, prestó atención al sonido del viento y a los árboles. De repente, escuchó un susurro entre las hojas. "¡Esa dirección!"- se dijo a sí mismo y siguió el sonido. Finalmente, iluminado por la luz de la luna, vio su casa en la distancia.
"¡Lo logré!"- gritó lleno de felicidad, corriendo hacia su hogar. Cuando llegó, su mamá lo recibió con un fuerte abrazo. "¡Nunca vuelvas a hacer esto, Lucas!"-
A lo que él respondió: "No te preocupes, aprendí mi lección y ahora sé que hay que ser valiente y confiar en uno mismo."
Y así, Lucas nunca volvió a perderse en el bosque, pero siempre recordó sus aventuras y lo que había aprendido sobre la amistad, la valentía y la importancia de seguir el camino correcto, guiado por su propio corazón.
FIN.