El Bosque de las Cigüeñas Solidarias


Había una vez en el bosque de pinos un grupo de cigüeñas muy peculiares. Cada una de ellas pertenecía a una familia diferente, y juntas formaban una comunidad diversa y llena de amor.

En lo más alto del árbol más grande vivía la familia tradicional de cigüeñas: papá cigüeña, mamá cigüeña y sus tres pequeños polluelos.

Todos los días salían juntos a pescar en el lago cercano y luego regresaban al nido para compartir su comida y jugar hasta el atardecer. Un poco más abajo, en un árbol vecino, vivía la familia monoparental. Era mamá cigüeña quien se encargaba de cuidar a sus dos hijos con tanto amor y dedicación que nunca les faltaba nada.

Aunque no tenían un papá presente, la felicidad reinaba en su hogar. Muy cerca de allí, en un rincón escondido del bosque, se encontraba la familia adoptiva.

Papá y mamá cigüeña habían abierto las puertas de su nido a tres polluelos que habían perdido a sus padres en una tormenta. A pesar de ser diferentes entre sí, se querían como si fueran hermanos de sangre.

Un día, mientras las familias se preparaban para celebrar juntas el Festival de las Flores, un fuerte viento azotó el bosque y arrastró los nidos por los aires. Las cigüeñas quedaron dispersas y asustadas, sin saber qué hacer. -¡Oh no! ¡Nuestros hogares han sido destruidos! -exclamó papá cigüeña.

-¡Tranquilos! Nosotros podemos ayudarnos mutuamente para reconstruir nuestros nidos -dijo mamá cigüeña adoptiva con determinación. Así fue como todas las familias se unieron para trabajar juntas en la reconstrucción.

La familia tradicional aportaba ramas fuertes, la monoparental traía hojas suaves para hacer los colchones del nido, y la adoptiva buscaba piedras brillantes para decorarlo todo. Después de varios días de arduo trabajo en equipo, los nidos volvieron a estar listos justo a tiempo para el Festival de las Flores.

Las cigüeñas bailaron alrededor del gran árbol central con alegría y gratitud por haber demostrado que todas las familias son igualmente valiosas, independientemente de cómo estén conformadas.

Desde ese día en adelante, las familias continuaron compartiendo momentos felices juntas en el bosque; pescando en el lago, jugando bajo el sol y apoyándose mutuamente en cualquier circunstancia que enfrentaran.

Y así fue como las diferentes familias de cigüeñas demostraron que lo importante no es cómo esté compuesta tu familia, sino el amor y la solidaridad que exista entre ustedes. Porque al final del día, lo único que realmente importa es tener a quienes amamos cerca nuestro.

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