El Bosque de las Criaturas Místicas



Había una vez una niña llamada Sofía, que estaba muy triste porque su mamá estaba enferma. Un día, decidió salir a pasear por el bosque para despejar su mente.

Mientras caminaba entre los árboles, vio destellos de luz y oyó risas que venían de una cueva escondida. Intrigada, se acercó y descubrió que dentro había una reunión de criaturas místicas. Había hadas, duendes, y hasta un simpático unicornio.

Sofía se sorprendió tanto que ni siquiera recordaba por qué había ido al bosque. -¡Hola! ¿Qué hacen aquí? -preguntó curiosa. -Estamos celebrando la amistad y la alegría -respondió una hada con una sonrisa luminosa. -Pareces triste, ¿qué te pasa? -agregó el duende preocupado.

Sofía les contó sobre su mamá enferma y cómo la preocupación le estaba quitando la felicidad. Las criaturas místicas se miraron entre ellas y luego el unicornio se acercó a Sofía. -Entiendo tu tristeza, pero a veces la magia está en tu interior.

Debes recordar que el amor y la esperanza pueden traer la cura -dijo el unicornio con voz sabia. Sofía se sintió reconfortada por las palabras del unicornio.

Decidió llevar consigo un frasco de la brillante polvareda del hada y un mechón de crin mágica del unicornio como muestra de su amistad. Al regresar a casa, llevó consigo la magia que había encontrado en el bosque y compartió con su mamá la importancia de la esperanza y el amor.

Con el tiempo, su mamá sanó y Sofía aprendió que, a pesar de los momentos difíciles, siempre habrá magia dentro de uno si se mantiene viva la esperanza y el amor en el corazón.

FIN.

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