El Bosque de las Fantasías



En un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, vivían once estudiantes de segundo grado muy curiosos y creativos: Daniela, Brian, Dilan, Jadier, Eduardo, Aliah, Jadiel Paulino, Wislin, Roniel, Víctor y Rosanny.

Estos niños eran conocidos por su amor por la naturaleza y los animales. Un día soleado de primavera, la maestra de segundo grado les propuso a los niños una actividad especial. Debían formar equipos y crear una historia juntos usando tres elementos que ella les daría al azar.

Los equipos se formaron rápidamente: Daniela con Brian; Dilan con Jadier; Eduardo con Aliah; Jadiel Paulino con Wislin; y finalmente Roniel con Víctor y Rosanny. La maestra repartió las palabras clave para cada equipo.

Daniela y Brian recibieron —"periquitos" , Dilan y Jadier "árboles", Eduardo y Aliah —"perros" , Jadiel Paulino y Wislin "tigüeres" (una especie de felinos salvajes), mientras que Roniel junto a Víctor y Rosanny obtuvieron —"gallos" .

Los niños se retiraron emocionados a sus mesas para comenzar a trabajar en sus historias. Daniela comenzó dibujando unos hermosos periquitos coloridos que vivían en un árbol mágico en medio del bosque encantado. Brian se encargó de escribir sobre las aventuras de estos simpáticos pájaros.

-¡Daniela! ¡Imagina si los periquitos pueden hablar! -exclamó Brian emocionado. -¡Sí! Podrían contar chistes o cantar canciones divertidas -respondió Daniela riendo. Mientras tanto, Dilan y Jadier crearon un cuento sobre un árbol gigante que protegía a todos los animales del bosque.

Usaron colores verdes y marrones para pintar el frondoso árbol lleno de vida. -¡Imagínate si este árbol es tan alto que llega hasta las nubes! -sugirió Dilan entusiasmado. -¡Y si tiene puertas secretas que llevan a otros mundos! -añadió Jadier riendo.

Por otro lado, Eduardo y Aliah idearon una historia sobre unos valientes perros guardianes que protegían su aldea de cualquier peligro.

Mientras tanto, Jadiel Paulino y Wislin inventaron un relato lleno de misterio sobre tigüeres astutos que vivían en lo profundo del bosque prohibido. Finalmente, Roniel junto a Víctor y Rosanny crearon una historia llena de color sobre gallos parlanchines que organizaban concursos de canto en la granja del pueblo.

Los tres amigos imaginaban situaciones cómicas donde los gallos competían entre sí para ganar el título del mejor cantante del corral. Al terminar la clase, cada equipo presentó su historia ante el resto de la clase.

Todos quedaron maravillados por la creatividad desbordante de los estudiantes de segundo grado. La maestra elogió el trabajo en equipo y la originalidad demostrada por todos ellos.

Esa tarde, mientras regresaban a sus hogares después de un día lleno de diversión e imaginación, los once niños comprendieron lo importante que era trabajar juntos para lograr cosas maravillosas. Y así prometieron seguir explorando su mundo con mente abierta e infinitas posibilidades.

FIN.

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