El Bosque de las Letras
- ¡Mamá, quiero aprender a leer! - exclamó Karla emocionada mientras señalaba un libro en la estantería. Su madre, María, sonrió y acarició su cabello castaño. - Claro que sí, mi amor.
Te enseñaré todas las letras y palabras para que puedas leer tus propios cuentos - respondió María con ternura. Desde ese día, Karla y su mamá pasaron horas juntas leyendo libros infantiles.
Cada noche antes de dormir, se sumergían en historias llenas de aventuras y personajes fascinantes. La pequeña absorbía cada palabra como una esponja sedienta de conocimiento. Pero un día, cuando Karla tenía 5 años, algo inesperado ocurrió.
Una tormenta violenta azotó el pueblo y derribó los árboles que rodeaban la casa de la niña. El estruendo del viento aullando asustó a Karla quien corrió hacia su mamá buscando protección. - Mamá, tengo miedo - sollozó Karla abrazándose fuertemente a ella.
María tomó a su hija entre sus brazos y le susurró al oído: - No te preocupes mi amor, estoy aquí contigo. Todo estará bien. Pasaron días antes de que el pueblo pudiera recuperarse del daño causado por la tormenta.
Las calles quedaron cubiertas de ramas rotas y escombros. Sin embargo, lo peor estaba por venir. Un incendio forestal se desató en las montañas cercanas al pueblo debido a los troncos caídos durante la tormenta.
El fuego avanzaba rápidamente y amenazaba con destruir todo a su paso. - ¡Tenemos que evacuar! - gritaban los vecinos mientras empacaban sus pertenencias. María tomó a Karla de la mano y juntas se unieron al grupo de personas que buscaban refugio en el centro del pueblo.
La niña miraba asustada las llamas devorando los árboles, pero su madre le dio fuerzas con una sonrisa valiente. - No te preocupes, mi amor. Estamos a salvo aquí.
Mientras esperaban noticias sobre el incendio, Karla notó a un hombre mayor sentado en una esquina leyendo un libro. Se acercó tímidamente y preguntó:- Disculpe señor, ¿qué está leyendo? El hombre levantó la vista y sonrió amablemente. - Es un libro sobre cómo apagar incendios forestales.
Me ayuda a entender mejor cómo funciona el fuego y cómo podemos protegernos - respondió el hombre. Karla quedó fascinada por lo que escuchaba e hizo más preguntas al hombre sobre los incendios forestales.
Él le explicó pacientemente cada detalle, despertando aún más su curiosidad por aprender sobre el mundo que la rodeaba. Finalmente, después de días angustiantes, llegaron buenas noticias: los bomberos habían logrado controlar el incendio antes de que alcanzara el pueblo.
Los habitantes regresaron a sus hogares llenos de gratitud por haber sobrevivido al desastre natural. Karla volvió corriendo a su casa y buscó entre los libros infantiles uno sobre incendios forestales.
Se sentó en su habitación y comenzó a leer, absorbiendo cada palabra como lo había hecho desde el primer día que aprendió a leer. Desde ese momento, Karla supo que quería dedicar su vida a proteger la naturaleza y ayudar a las personas.
Se convirtió en una defensora del medio ambiente, estudiando sobre incendios forestales y trabajando para prevenirlos. Con el paso de los años, Karla se convirtió en una experta en la materia y viajó por todo el mundo compartiendo sus conocimientos con otros.
Su deseo de aprender a leer no solo le abrió las puertas al conocimiento, sino también al poder transformar vidas y proteger nuestro planeta. Y así, gracias a su perseverancia y pasión por aprender, Karla se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los niños del pueblo.
FIN.