El Bosque de las Palabras Mágicas


Había una vez una joven llamada Milder que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Milder era una chica inteligente y creativa, pero tenía dificultades para comunicarse con los adultos estrictos y cantaletosos de su comunidad.

Esta situación hacía que se sintiera muy frustrada y desanimada. En la escuela, Milder siempre entregaba sus trabajos tarde o incompletos porque le costaba pedir ayuda a sus profesores.

Además, cuando la regañaban en público, se bloqueaba por completo y no podía expresar lo que sentía. Esto afectaba su confianza en sí misma y le hacía creer que no era capaz de tener éxito en sus estudios.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, Milder descubrió un sendero oculto entre los árboles. Llena de curiosidad, decidió adentrarse en él y descubrió un increíble bosque mágico lleno de seres fantásticos y coloridos. Mientras exploraba el lugar encantado, encontró a un hada llamada Valentina.

Valentina era sabia y amable, así que Milder decidió contarle sobre sus dificultades para comunicarse con los adultos estrictos. Valentina sonrió dulcemente y le dijo: "Querida Milder, aquí en el bosque mágico encontrarás la solución a tus problemas".

La hada tomó una varita mágica y la agitó frente a ella. De repente, apareció ante ellas un espejo brillante. En ese espejo se reflejaban todas las situaciones incómodas que Milder había enfrentado en la escuela.

Valentina le explicó que el espejo mágico le mostraría cómo reaccionar y comunicarse de manera efectiva con los adultos.

Milder se acercó al espejo y vio una imagen de sí misma hablando con sus profesores, expresando sus ideas y pidiendo ayuda cuando lo necesitaba. También vio cómo afrontaba las regañinas sin bloquearse, manteniendo la calma y respondiendo asertivamente. Llena de determinación, Milder decidió seguir los consejos del espejo mágico.

Practicó frente a él todas las formas en las que podía comunicarse mejor con los adultos estrictos. Aprendió a expresar sus ideas claramente, a pedir ayuda cuando lo necesitaba y a no dejarse afectar por las críticas o regañinas.

Con el tiempo, Milder comenzó a aplicar todo lo aprendido en la escuela. Entregaba sus trabajos a tiempo, participaba activamente en clase y nunca más se bloqueaba ante los exámenes o las regañinas públicas. Sus profesores notaron su cambio positivo y empezaron a reconocer su talento y dedicación.

Finalmente, llegó el día de recibir las calificaciones finales del año escolar. Milder estaba nerviosa pero confiada en que había hecho todo lo posible para tener éxito.

Cuando abrió su boletín de notas, no pudo contener la emoción: ¡había obtenido excelentes calificaciones! Milder estaba llena de felicidad y gratitud hacia el bosque mágico por haberla ayudado a superar sus dificultades de comunicación. Ahora sabía que era capaz de lograr cualquier cosa que se propusiera.

Desde ese día, Milder se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo. Les enseñó la importancia de comunicarse efectivamente y no tener miedo a pedir ayuda cuando lo necesitaban.

Y así, gracias al bosque mágico y su determinación, Milder logró superar sus dificultades y alcanzar el éxito en sus estudios.

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