El bosque de las palabras mágicas
Había una vez en un hermoso bosque, tres amigos muy curiosos: Martín, Lucrecia y el simpático Toto. Un día, decidieron emprender una emocionante aventura en busca del tesoro más preciado del bosque: las palabras mágicas.
Se decía que estas palabras tenían el poder de comunicar con los animales y las plantas del bosque. "¡Vamos en busca del tesoro!" exclamó Martín, el más valiente del grupo.
Los tres amigos se adentraron en el frondoso bosque, encontrándose con maravillosas criaturas a las que intentaban comunicarse sin éxito. Descubrieron que, a lo largo de la historia, la comunicación había evolucionado mucho. Antes, las personas se comunicaban con señales de humo, luego con palomas mensajeras, y ahora con celulares y computadoras.
"¡El lenguaje ha ido cambiando con el tiempo!" exclamó Lucrecia, mientras observaban a las mariposas revolotear a su alrededor. De repente, encontraron una antigua cueva que parecía esconder el tesoro que buscaban.
Al adentrarse, se sorprendieron al ver un libro antiguo lleno de palabras mágicas. Al leerlas en voz alta, pudieron comunicarse con todos los seres del bosque, comprendiendo la importancia de la comunicación en la evolución de la humanidad.
Con el tesoro en su poder, prometieron usar las palabras mágicas con sabiduría y comprensión.
Desde ese día, el bosque resplandeció con la alegría de la comunicación entre todas sus criaturas, y Martín, Lucrecia y Toto se convirtieron en los guardianes de las palabras mágicas, transmitiendo su importancia a todos los niños del mundo.
FIN.