El Bosque de las Palabras Mágicas
En un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de colores, un grupo de animalitos se reunía cada tarde para jugar. Entre ellos estaban Leo el león, Lila la liebre, Tito el tucán y Sofía la serpiente.
Un día, mientras jugaban al escondite, Lila se perdió entre los arbustos. Leo, preocupado, dijo:
"No te preocupes, Lila, ¡te encontraremos!"
Mientras los demás buscaban a Lila, Tito, el tucán, decidió volar un poco más alto para tener una mejor vista. Desde las ramas de un gran árbol, vio algo brillante.
"Miren, amigos, ¡hay un libro sobre un tronco!" gritó Tito, emocionado.
"¿Un libro? ¿Qué es eso?" preguntó Sofía, sorprendida.
"No sé, pero parece interesante. ¡Vamos a verlo!" respondió Leo.
Cuando llegaron al tronco, encontraron un libro viejo y polvoriento. Lila, disfrutando de un escondite improvisado, apareció y, al ver el libro, se emocionó:
"¡Yo he oído que los libros están llenos de aventuras!"
"¿Aventuras? ¿Qué es eso?" preguntó Sofía, que nunca había leído.
"Son historias sobre mundos lejanos, héroes valientes y criaturas fantásticas. ¡Vamos a abrirlo y ver qué hay adentro!" dijo Tito, mientras pasaba la página con su pico.
Al abrir el libro, algo mágico sucedió: una nube de colores salió volando, llenando el aire con destellos. Al ver esto, todos los animales se quedaron atónitos.
"¿Qué es eso?" preguntó Lila, con los ojos muy abiertos.
"No tengo idea, pero se ve increíble. ¡Tal vez sean palabras mágicas!" contestó Leo.
Decidieron leer juntos en voz alta. Comenzaron a pronunciar las palabras de la primera página:
"En un reino muy lejano, un dragón guardaba un secreto..."
Mientras leían, los animalitos sintieron que eran transportados a ese reino. La historia cobraba vida a su alrededor. Se encontraron volando sobre montañas y cruzando ríos con un dragón amistoso.
"¡Es asombroso! ¡Esto es una aventura real!" exclamó Lila.
"Y todo gracias al libro, que nos ha llevado a este lugar mágico!" añadió Tito, aterrado pero emocionado.
Pero, de repente, el dragón habló:
"Siento que necesitan volver. ¡Solo pueden estar aquí mientras lean!"
Los animalitos miraron el libro, comprendiendo que tenían que regresar a casa.
"¡No podemos dejar de leer!" dijo Sofía con una sonrisa.
"Así que todos los días vamos a leer juntos, ¡y viviremos más aventuras!" propuso Leo.
"Sí, es una gran idea. La lectura puede llevarnos a lugares maravillosos" dijo Lila.
Desde ese día, los amigos se reunieron cada tarde a leer, descubriendo mundos nuevos y viviendo grandes historias. Entendieron que los libros eran puertas a la imaginación, llenas de magia y aventuras esperándolos.
Así, el bosque se llenó de risas, cuentos y mucho aprendizaje, mostrando a los animalitos la importancia de la lectura. Y, aunque Lila nunca se volvió a perder, siempre sabe que una buena historia la puede llevar donde quiera.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.