El bosque de lecciones
Había una vez un niño llamado David, quien siempre estaba lleno de energía y curiosidad. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, vio un letrero que decía: "¡Aventura en el Bosque Prohibido!".
Sin pensarlo dos veces, David decidió adentrarse en ese bosque misterioso. A medida que se adentraba cada vez más en el bosque, los árboles se volvían más altos y frondosos. De repente, David escuchó un ruido extraño detrás de él.
Se dio vuelta rápidamente y vio a su papá corriendo hacia él con una expresión preocupada. "-¡David! ¿Qué estás haciendo aquí? Este bosque es peligroso", exclamó su papá respirando agitadamente.
David sintió un nudo en la garganta al ver lo preocupado que estaba su papá. Sabía que había cometido un error al aventurarse solo en ese lugar prohibido sin permiso. Bajó la cabeza avergonzado y dijo: "-Lo siento mucho, papá.
No debería haber entrado aquí sin tu permiso". Su papá suspiró profundamente y puso una mano sobre el hombro de David. "-Entiendo que quieres explorar cosas nuevas y vivir grandes aventuras, pero debes recordar siempre la importancia de la seguridad y respetar las reglas", dijo suavemente.
David asintió con tristeza y prometió no volver a hacer algo así nunca más. Juntos caminaron hacia la salida del Bosque Prohibido mientras su papá le contaba historias fascinantes sobre las maravillas naturales del lugar.
Desde ese día, David aprendió la importancia de pensar antes de actuar y escuchar a sus padres cuando le daban consejos. Siguió explorando el mundo con su imaginación, pero siempre se aseguraba de hacerlo de manera segura y responsable.
Unos años más tarde, David decidió organizar una excursión escolar al Bosque Prohibido. Esta vez, había obtenido todos los permisos necesarios y contaba con la guía experta de su papá para asegurarse de que todo saliera bien.
Los niños del colegio estaban emocionados mientras caminaban por el bosque, maravillándose con la belleza natural que los rodeaba. David les explicó lo importante que era respetar las reglas y seguir las indicaciones de sus padres y maestros para mantenerse seguros en todo momento.
Al final del día, todos regresaron sanos y salvos al colegio. Los padres agradecieron a David por haber organizado una excursión tan educativa y divertida.
Pero lo más importante fue el orgullo que sintió David al ver cómo había aprendido de su travesía anterior en el Bosque Prohibido. A partir de ese día, David se convirtió en un ejemplo para sus compañeros. Les enseñó la importancia de ser responsables y respetar las reglas en todas sus aventuras.
Y cada vez que alguien le preguntaba sobre su experiencia en el Bosque Prohibido, sonreía sabiendo que esa travesía había sido un gran aprendizaje para él y para todos los demás.
FIN.