El Bosque de los Colores
Había una vez, en un bosque encantado, una gran comunidad de animales. Pero este no era un bosque común: estaba lleno de colores brillantes. Los árboles eran de un azul intenso, las flores eran de un fucsia llamativo y hasta los animales tenían un pelaje de tonos increíbles, como un perro con manchas amarillas y rosas.
Un día, mientras todos estaban disfrutando del esplendor del bosque, una pequeña ardilla llamada Lila, que era de un vibrante color verde esmeralda, se topó con un extraño objeto en el suelo. Era una piedra negra, opaca y sin brillo, que parecía fuera de lugar entre tanta belleza.
"¿Qué es esto?" - se preguntó Lila, intrigada.
Decidió llevarla a su amiga la mariposa Mica. Mica era de todos los colores del arcoíris y siempre estaba lista para ayudar a resolver misterios.
"¡Mica! ¡Mira lo que encontré!" - exclamó Lila con emoción.
Mica voló cerca, analizando la extraña piedra.
"No tengo idea de qué sea, pero parece importante. Deberíamos mostrarla a la sabia búho Helena. Ella seguramente tendrá respuestas" - sugirió Mica.
Así que juntas se fueron a buscar a Helena, que vivía en el árbol más antiguo del bosque, un gran roble de color púrpura. Cuando llegaron, Helena estaba leyendo un libro antiguo.
"¡Hola, chicas! ¿Qué las trae por aquí?" - dijo la búho, mirando de reojo la piedra que Lila cargaba.
"¿Sabés qué es esto?" - preguntó Lila, extendiendo la piedra hacia ella.
Helena frunció el ceño y luego dijo:
"Hmm, me recuerda a la Leyenda del Bosque. Dice que una piedra oscura puede absorber todos los colores de este lugar y, si no se devuelve al río de los Arcoíris, el bosque podría perder su brillo".
Los ojos de Lila y Mica se abrieron de par en par.
"¡Debemos devolverla al río inmediatamente!" - dijo Mica.
"¿Pero cómo?" - se preguntó Lila. "¡El río queda a una larga distancia!".
Helena les sonrió con ternura.
"No están solas en esto. Pueden pedir ayuda a los demás animales del bosque".
Así que las amigas comenzaron su aventura, visitando a cada uno de sus amigos. Fueron a ver a Beto, el conejo azul eléctrico, que siempre corría rápido.
"¡Beto, necesitamos tu velocidad! ¡Hay que llevar esta piedra al río!" - le explicaron.
"¡Soy tu conejo! Vamos a hacerlo juntos" - dijo Beto emocionado.
Luego, se encontraron con Paula, la tortuga amarilla que era conocida por su sabiduría.
"¿Pueden sortear las dificultades por el camino?" - preguntó Paula.
"Claro, mientras estemos juntos, nada nos detendrá" - respondió Lila, llena de determinación.
Así, el grupo formado por Lila, Mica, Beto y Paula continuó su camino, superando obstáculos como un puente de piedras que se movían y un pantano de flores neón que intentaban atraparlos. Sin embargo, ellos no se dieron por vencidos, apoyándose mutuamente en cada desafío que enfrentaban.
Finalmente, después de una larga jornada, llegaron al río de los Arcoíris. Sus aguas brillaban con todos los colores que habían estado preservando. El grupo se miró entre sí, sabiendo que habían logrado su misión.
"¿Y ahora qué hacemos?" - preguntó Beto.
"Debemos lanzar la piedra al agua. Así el bosque recuperará su color" - dijo Mica.
Lila, con el corazón latiendo de emoción, decidió ser quien la lanzara.
"¡Por todos nosotros!" - gritó mientras arrojaba la piedra al río.
La piedra hizo —"plop" y de repente, comenzó a emanar una luz brillante. Del agua brotaron colores que revoleteaban y danzaban, inundando el aire y todo el bosque. Los animales comenzaron a aplaudir y celebrar, viendo cómo el color regresaba a su hogar.
"¡Lo logramos!" - exclamó Paula.
A partir de ese día, el Bosque de los Colores se volvió más hermoso que nunca. La comunidad de animales aprendió que trabajando juntos, podían superar cualquier obstáculo.
FIN.