El Bosque de los Colores Otoñales
En un hermoso bosque lleno de árboles altos y frondosos, comenzó la mágica estación del otoño. Los árboles brillaban con colores amarillos, naranjas y rojos, como si tuvieran puesta una fiesta de gala.
Un día, mientras jugaba con las hojas secas que caían al suelo, un pequeño y curioso ciervo llamado Rayo decidió invitar a sus amigos a explorar el bosque.
"-¡Hola a todos!" -dijo Rayo emocionado. "¡Vamos a jugar y a recoger frutos del otoño!"
"-¡Sí, sí!" -respondió su amiga, la traviesa ardilla Lila, mientras movía su colita de un lado a otro. "Me encantan las castañas, son tan ricas!"
"-Yo quiero manzanas!" -gritó Pipo, el buho sabio. "Son crujientes y dulces, perfectas para una tarde de juegos."
Así que todos juntos, Rayo, Lila y Pipo, se pusieron en marcha.
Mientras paseaban por el bosque, empezaron a notar que algunas hojas caían más rápido de lo normal.
"-Miren esas hojas que danzan al viento!" -dijo Lila, brincando de alegría. "¿Por qué caen tan rápido?"
"-Es porque el otoño les dice que es hora de descansar," -explicó Pipo, lleno de sabiduría. "Las hojas caen para que puedan volver a brotar en la primavera. Es un ciclo de la naturaleza."
"-¡Qué interesante!" -dijo Rayo, mientras miraba las hojas que se deslizaban suavemente hacia el suelo.
Finalmente, llegaron a un hermoso manzano cargado de frutas.
"-¡Miren cuántas manzanas!" -exclamó Rayo, mirando con asombro.
"-¡Voy a trepar y a recoger las más jugosas!" -anunció Lila.
Y así, la ardilla subió rápidamente hasta las ramas más altas, mientras Rayo se quedaba en el suelo saltando de felicidad con cada manzana que Lila iba recogiendo. Pipo, desde su perchero, vigilaba todo con su mirada sabia.
Una vez que habían recolectado suficientes frutos, decidieron hacer una divertida merienda. Se sentaron sobre las suaves hojas caídas y empezaron a disfrutar de las manzanas y castañas que habían recogido.
"-Este es el mejor otoño de todos!" -gritó Rayo mientras mordía una manzana crujiente.
De repente, un ruido extraño interrumpió su merienda. Era un grupo de patos que venían volando hacia el lago.
"-¡Miren! ¡Los patos se están trasladando al sur!" -dijo Pipo. "Ellos saben que el frío se acerca y deben buscar lugares más cálidos para vivir. Es lo que hacen muchos animales en esta época del año."
"-¿Nosotros también tenemos que irnos?" -preguntó Rayo nervioso.
"-No, nosotros podemos quedarnos aquí," -respondió Pipo con una sonrisa. "Pero es bueno aprender sobre lo que hacen otros animales. Cada uno tiene su forma de prepararse para el cambio de estación."
Rayo, Lila y Pipo acabaron su merienda riendo y disfrutando. El otoño no solo traía colores vibrantes y deliciosos frutos, sino también maestros como el sabio buho, que les enseñaba sobre la aventura de la vida en el bosque.
"-Prometamos disfrutar de cada estación, y aprender en cada una de ellas!" -dijo Lila, levantando su patita.
",¡Sí!" -gritaron Rayo y Pipo juntos.
Y así, en medio de un bosque pintado de los colores del otoño y llenos de risas y amistad, nuestros tres amigos vivieron un día que nunca olvidarían. El otoño era un tiempo de cambio, diversión y amor por la naturaleza, y ellos estaban listos para aprovechar cada segundo del maravilloso mundo que los rodeaba.
FIN.