El Bosque de los Deseos



Había una vez, en un bosque encantado donde los árboles susurraban secretos y las estrellas parecían bailar, un niño llamado Mateo. Mateo era un niño curioso y aventurero, siempre deseoso de descubrir cosas nuevas. Un día, mientras exploraba el bosque, escuchó un suave murmullo que lo llevó hasta un claro lleno de luz.

En el centro del claro, Mateo vio a una pequeña ardilla con un brillante collar hecho de hojas doradas. La ardilla, que se presentó como Lila, era un ser mágico que podía conceder deseos.

"Hola, Mateo. Bienvenido al Bosque de los Deseos. ¿Te gustaría pedir un deseo?" - dijo Lila, sonriendo.

Mateo pensó de inmediato en cuántas cosas querría: ser el más rápido de su escuela, tener todos los juguetes que deseaba y hasta ser el mejor en todos los juegos. Pero, por alguna razón, optó por no pedir nada en ese momento.

"No sé… tal vez un deseito pequeño como andar en bicicleta sin caídas." - dijo Mateo tímidamente.

Lila rió entre dientes.

"¡Eso es un deseo muy especial! ¿Por qué no lo pides?" - insistió.

Mateo dudó. En su corazón sabía que no era sincero con sus amigos, que cada vez que le decían que iba a un parque nuevo y se lo contaba a ellos, a veces agregaba cosas que no eran ciertas, como que había visto un dragón volador o que había hecho un castillo de arena gigante. Tenía miedo de que si pedía un deseo y alguien se enteraba, lo volverían a juzgar.

Pero Lila parecía comprender.

"A veces, lo más mágico de todos los deseos es ser honesto, Mateo. ¿Acaso no tienes amigos?" - preguntó la ardilla con un guiño de complicidad. Mateo asintió lentamente.

Con la mente ocupada, decidió irse a casa, donde sus tres amigos, Lucas, Sofía y Tomi, lo esperaban.

Al día siguiente, se encontró de nuevo con Lila, quien le propuso un desafío.

"Si lográs decir la verdad en tres ocasiones distintas hoy, ¡te concederé un deseo mágico!" - dijo Lila, revoloteando su pequeño cuerpo.

Mateo se sintió emocionado pero temeroso. Pensó en todo lo que había dicho a sus amigos en el pasado. Sin embargo, aceptó el reto.

El primer encuentro se dio cuando Sofía le preguntó si había hecho sus deberes.

"No, la verdad es que no lo hice. Estuve jugando en vez de estudiar." - confesó Mateo.

Sofía sonrió y le dijo:

"Gracias por ser honesto. Te ayudaré a terminar con los deberes esta tarde!"

Con el primer paso dado, Mateo sintió una cálida sensación en su corazón. Luego, se encontró con Tomi, quien tenía un nuevo juguete.

"Mateo, ¿te gusta?" - preguntó Tomi.

"Sí, pero no tanto como el de Lucas, que es muy emocionante. La verdad es que me da un poco de envidia." - dijo Mateo, sintiendo algo raro pero liberador.

Tomi asintió.

"Está bien sentir envidia. A veces, eso pasa. ¡No pasa nada!"

Finalmente, llegó el momento más difícil, cuando Lucas le preguntó si había ido al nuevo parque de diversiones y si había subido a todos los juegos. Mateo tragó saliva, pero decidió ser sincero.

"No fui. La verdad es que tengo un poco de miedo a las alturas, y no subí a todos los juegos como te conté."

Lucas le respondió:

"¡No te preocupes! Podemos ir juntos la próxima vez, y yo te acompañaré en los juegos. "

Después de estos tres momentos de verdad, Mateo sintió una gran liberación, como si un pesado peso se hubiera quitado de su corazón.

Esa noche, regresó con Lila al claro del bosque.

"Hiciste un gran trabajo, Mateo. Has sido sincero con tus amigos, y eso es más valioso que cualquier deseo. Pero, como cumpliste con el desafío, aquí tienes tu deseo mágico." - dijo Lila mientras agitaba su hacha.

Mateo cerró los ojos y pidió:

"Quiero que todos mis amigos sean siempre felices con la verdad. "

Lila sonrió y dijo:

"Un deseo encantador. Con eso, tu magia estará siempre aquí, en el bosque y en sus corazones. "

Desde ese día en adelante, Mateo aprendió que ser sincero era una de las cosas más valiosas que uno podía hacer. Sus amistades florecieron más que nunca, y siempre que mentía, se acordaba de Lila y el bosque de los deseos.

Así, el niño que había estado dispuesto a engañar se convirtió en un amigo leal y verdadero, y las aventuras del Bosque de los Deseos se volvieron aún más emocionantes con sus amigos a su lado, porque la magia de la honestidad siempre los llenaba de alegría y amor.

FIN.

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