El Bosque de los Deseos
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivían dos amigos inseparables: Lucas e Ivana. Ambos disfrutaban de aventuras al aire libre, explorando la naturaleza y soñando con un futuro lleno de árboles verdes y cielos azules.
Un día, mientras jugaban en el bosque, encontraron un extraño árbol con hojas de colores brillantes. "¡Mirá esos colores, Ivana! Nunca vi algo así"- exclamó Lucas, acercándose con curiosidad.
"Sí, es hermoso, pero debe haber algo más..."- respondió Ivana, intrigada.
Decidieron tocar el árbol y, de repente, una luz brillante los rodeó. Ante ellos apareció un hada llamada Eco, con alas de mariposa y un brillo especial en sus ojos. "¡Hola, Lucas e Ivana! Soy el hada Eco, guardiana del Bosque de los Deseos. Sin embargo, tengo un problema..."- les dijo con voz suave.
"¿Qué te sucede, Eco?"- preguntó Lucas.
"He estado observando cómo las personas de tu pueblo consumen cosas innecesarias, y eso está afectando a nuestro bosque. Cada vez que alguien compra algo que no necesita, un árbol en el bosque se marchita..."-
"¡Eso suena terrible!"- gritó Ivana, preocupada. "¿Qué podemos hacer?"-
Eco sonrió y les propuso un desafío. "Si logran convencer a la gente del pueblo de cuidar el planeta y no consumir en exceso, les concederé un deseo que ayudará a restaurar el bosque"-
Con determinación, Lucas e Ivana regresaron al pueblo. Comenzaron a hablar con sus vecinos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. "¡No necesitamos tantas cosas materiales!"- decía Ivana al grupo de niños. "Cada vez que compramos algo, le estamos robando a la naturaleza su lugar"-.
Pero algunos niños sólo se reían o decían: "¡Pero eso es divertido!"-
Lucas y Ivana se dieron cuenta de que tenían que ser más creativos. Un día, decidieron organizar un concurso: "¡El desafío de los Deseos!"- exclamaron. "Quien traiga la menor cantidad de cosas innecesarias a la feria ganará un día de aventuras en el bosque y un picnic especial. ¡Regalaremos cosas como un juguete hecho a mano o una planta para cuidar!"-
Los niños comenzaron a interesarse y poco a poco, los padres se sumaron. "Si los niños no piden juguetes para sus cumpleaños y en vez de eso piden plantas... sería un buen comienzo”-, dijo una madre, recordando las palabras de sus hijos.
Mientras el concurso se desarrollaba, la emoción creció. "¡Miren! Yo traje solo esta piedra que encontré en mi jardín"- dijo un niño. Ivana sonrió, "Eso es genial, porque puedes pintarla y usarla como un hermoso adorno"-.
Al final del concurso, todos aprendieron a valorar más las cosas simples y a disfrutar de lo que la naturaleza les ofrecía.
"Vimos que juntos podemos hacer algo grande"- le dijo Lucas a Ivana. "Sí, empezamos a cuidar el bosque"- agregó ella, emocionada.
El día del deseo llegó. El pueblo se reunió frente al árbol de colores y Eco apareció de nuevo. "Estoy muy orgullosa de ustedes, Lucas e Ivana y de todo su pueblo. Han mostrado que el deseo de cuidar el planeta es más grande que cualquier compra material"-.
Con un movimiento mágico, Eco hizo que el bosque brillara y floreciera. "Ahora, como recompensa por su esfuerzo, les doy un deseo"-.
Lucas e Ivana pensaron por un momento y finalmente dijeron al unísono: "¿Podemos desear que todos cuidemos el planeta siempre?"- Eco sonrió. "Hecho. El deseo ya está en el corazón de cada uno de ustedes"-.
Desde aquel día, en el pueblo se sembraron muchas cosas: no solo plantas, sino también un compromiso. Lucas e Ivana aprendieron que cuidar el planeta era una aventura que siempre debía llevarse en el corazón y la mente. Y así, el Bosque de los Deseos se llenó de vida nuevamente, y se convirtió en un lugar donde todos podían disfrutar de la naturaleza, recordando siempre la importancia de lo que realmente importa.
FIN.