El Bosque de los Fantasmas
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, tres amigas inseparables: Yassmine, Douáae y Dayana. Un día soleado, decidieron aventurarse en el misterioso bosque que se encontraba al borde de su pueblo. Este bosque tenía fama de estar habitado por diez fantasmas, y las chicas querían descubrir si era verdad.
—"¿De verdad creés que hay fantasmas?" —preguntó Douáae, con una mezcla de curiosidad y nerviosismo.
—"Sí, ¡hay diez!" —respondió Yassmine excitable—. "Pero solo uno es bueno. ¡Vamos a encontrarlo!"
—"¡Yo espero que no nos hagan nada!" —dijo Dayana con un ligero temblor en su voz.
Mientras caminaban, escucharon risitas extrañas que resonaban entre los árboles. Entonces, decidieron formar un círculo, tomarse de las manos y gritar juntas:
—"¡Fantasmas, aparezcan!"
Para su sorpresa, ¡no uno, sino diez fantasmas aparecieron ante ellas! Eran coloridos, con trajes antiguos, pero tenían rostros algo traviesos.
—"¿Qué quieren en nuestro bosque?" —preguntó uno de los fantasmas, que parecía el líder, con un brillo juguetón en sus ojos.
—"Buscamos al fantasma bueno. ¿Nos ayudarán a encontrarlo?" —dijo Yassmine con valentía.
Los fantasmas comenzaron a reírse, y uno de ellos, que era más pequeño que el resto, dijo:
—"¿Y cómo sabrán quién es el bueno?"
—"Eso es lo que queremos averiguar. Enséñennos a conocerlo", propuso Douáae.
Los fantasmas miraron a las chicas con interés. Finalmente, el líder dijo:
—"Está bien, pero deben ser valientes. ¡Deberán superar tres pruebas!"
Dayana se sintió un poco nerviosa, pero sus amigas la animaron.
—"Podemos hacerlo. ¡Estamos juntas!" —dijo Yassmine.
La primera prueba llevó a las chicas a un claro donde encontraron un viejo árbol que hablaba. Tenía un enigma para ellas.
—"Para pasar, deben resolver mi acertijo: ¿Qué es lo que vuela sin alas, llora sin ojos y cuanto más le quitas, más grande se hace?" —preguntó el árbol.
Dayana pensó durante un momento y finalmente exclamó:
—"¡Es el agua!"
El árbol sonrió y les permitió seguir. La segunda prueba consistía en cruzar un riachuelo lleno de piedras resbaladizas.
—"Debemos ayudarnos entre nosotras para cruzar sin caer" —sugirió Douáae.
Cada una tomó de la mano a su amiga, y con cuidado, lograron cruzar sin caer al agua. ¡Ya habían pasado dos pruebas!
Por último, llegaron a un claro donde todo era silencio, y en el centro, encontraron una hermosa luz. No era un fantasma; era un alma bondadosa, la fantasma buena.
—"¡Hola! Soy Lumina. He estado esperando a alguien que supiera trabajar en equipo y confiar en las demás. Ustedes lo han logrado" —les dijo con una sonrisa.
—"Lumina, ¿tú eres el fantasma bueno?" —preguntó Yassmine con asombro.
—"Sí. Y quiero que entiendan que el verdadero valor está en la amistad y el apoyo mutuo. El miedo puede ser superado con amor y confianza entre amigos."
Las chicas estaban tan felices de encontrarla y, al mismo tiempo, aprendieron que colaborar las fortalecía a cada una.
—"Gracias, Lumina. Nos llevaremos este mensaje a casa" —dijo Douáae, sintiéndose inspirada.
Lumina les regaló a cada una un pequeño amuleto brillante que simbolizaba la unión y el amor. Con una sonrisa, les dijo:
—"Regresen siempre al bosque con el corazón sincero, y la amistad será su mayor fortaleza."
Las chicas regresaron a su pueblo, llenas de felicidad y nuevas enseñanzas. Cada vez que miraban sus amuletos, recordaban la importancia de estar unidas y apoyarse mutuamente, incluso en las situaciones más difíciles.
Y así, Yassmine, Douáae y Dayana se convirtieron en las guardianas de la amistad en su pueblo, siempre recordando al bosque mágico y a la bondadosa Lumina, la fantasma buena entre los diez.
FIN.