El Bosque de los Guardianes



Había una vez un grupo de amigos conformado por Aby, Fátima, Ethel, Miranda, Regina, Fermín, Horacio, David y Faharid.

Todos ellos eran niños de 5 años que asistían al mismo colegio y tenían unas maestras muy especiales llamadas Mayra y Arlene. Un día soleado, las maestras decidieron llevar a sus alumnos a una emocionante excursión al campo. El objetivo principal era disfrutar de la naturaleza y aprender sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

Cuando llegaron al campo, se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Los árboles estaban siendo talados sin piedad y había grandes máquinas deforestando el lugar.

Los niños se sintieron tristes al ver cómo el hermoso bosque se convertía en un montón de troncos. Aby levantó la mano y dijo: "¡Maestras! ¡Tenemos que hacer algo para salvar este lugar! No podemos permitir que sigan cortando los árboles". Las demás niñas y niños asintieron con entusiasmo.

Mayra sonrió orgullosa y respondió: "Tienes razón Aby. Debemos luchar por lo que creemos. Pero necesitamos un plan". Entonces Regina tuvo una idea brillante: "Podemos pedir ayuda a los animales del bosque. Ellos saben mucho sobre cómo proteger su hogar".

El grupo decidió adentrarse en el bosque en busca de los animales más sabios. Después de caminar un rato, encontraron a Mariana, una pequeña ardilla muy inteligente.

Mariana les explicó que para salvar el bosque, debían unirse y trabajar en equipo. Además, les enseñó sobre la importancia de plantar árboles nuevos para reemplazar los que habían sido cortados. Los niños se emocionaron con la idea y decidieron llevarla a cabo.

Todos juntos buscaron semillas y comenzaron a plantar árboles por todo el campo. A cada uno le asignaron un árbol para cuidarlo y regarlo todos los días. Pero no todo fue tan fácil como parecía.

Algunos días llovía mucho y otros hacía mucho calor, lo que dificultaba el crecimiento de los árboles. Sin embargo, los niños no se rindieron y trabajaron arduamente para salvar su querido bosque. Un día, mientras regaban sus árboles, Faharid encontró una pequeña tortuga atrapada entre las ramas caídas.

Los niños rápidamente la rescataron y la llevaron al río cercano para que pudiera volver a su hogar. La tortuga estaba muy agradecida por haberla salvado y prometió ayudar a los niños en su misión de proteger el bosque.

Pronto se unieron más animales: pájaros cantores, conejos saltarines e incluso una familia de ciervos. Con el tiempo, el bosque empezó a recuperarse gracias al esfuerzo conjunto de los amigos y los animales.

Los árboles crecieron fuertes y saludables, proporcionando sombra y refugio para todos. Finalmente llegó el día en que las maestras Mayra y Arlene organizaron una gran celebración para festejar el éxito de su misión.

Todos estaban felices porque habían aprendido la importancia del compañerismo y el cuidado de la naturaleza. Desde ese día, los niños nunca olvidaron lo que habían logrado juntos. Cada vez que veían un árbol, recordaban la importancia de protegerlo y cuidarlo.

Y así, se convirtieron en verdaderos defensores del medio ambiente. Y colorín colorado, esta historia ha terminado. Los niños aprendieron sobre el valor de la amistad y la importancia de cuidar nuestro planeta.

Ahora ellos saben que con trabajo en equipo pueden hacer grandes cosas para salvar el campo de la deforestación.

FIN.

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