El bosque de los niños ladrones y el león que ayudó


En un hermoso bosque vivían cuatro niños que, lamentablemente, se dedicaban a robar frutas de los árboles sin permiso.

Un día, mientras jugaban y reían mientras se llevaban las ricas manzanas y peras, escucharon un rugido fuerte que los heló de miedo. Un enorme león se acercaba lentamente hacia ellos. -¡Corran, corran! ¡Un león nos persigue! - gritaban, asustados, mientras escapaban a toda velocidad. El león, que en realidad no quería hacerles daño, los siguió para poder hablarles.

-¡Esperen! No les haré daño, por favor deténganse -les dijo con voz grave. Los niños, temblando, se detuvieron y lo escucharon atentamente. El león les explicó que robar frutas no estaba bien y que dañaban la naturaleza.

Les propuso que, en vez de robar, podrían pedir permiso a los árboles para disfrutar de sus frutos. También les enseñó a cuidar el bosque y a valorar la importancia de la naturaleza.

Los niños, sorprendidos por las palabras del león, le pidieron perdón y prometieron cambiar su actitud. A partir de ese día, se convirtieron en guardianes del bosque, pidiendo permiso a los árboles y cuidando con amor todo lo que los rodeaba.

El león, feliz de ver el cambio en los niños, se convirtió en su amigo y les enseñó muchas cosas más sobre la naturaleza. Juntos, lograron transformar el bosque en un lugar de respeto, amor y cuidado. Y los niños ladrones se convirtieron en los niños más sabios y respetuosos del bosque.

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