El bosque de los ojos abiertos
Había una vez un niño llamado Mateo y su perro, Rocky. Eran los mejores amigos del mundo y siempre estaban juntos en todas sus aventuras. Un día soleado, decidieron explorar un bosque cercano a su casa.
Mateo y Rocky caminaron entre los árboles altos y frondosos, disfrutando de la naturaleza que los rodeaba. Pero de repente, se dieron cuenta de que se habían alejado demasiado y ya no reconocían el camino de regreso a casa.
"Rocky, ¿dónde estamos? No sé cómo volver", dijo Mateo preocupado. Rocky agitó la cola como si entendiera lo que decía Mateo y comenzó a olfatear el aire. Luego corrió hacia adelante, guiando al niño por un sendero desconocido pero emocionante.
Después de un rato, llegaron a un claro donde encontraron a una mariposa herida en el suelo. Mateo tomó con cuidado la mariposa en sus manos y dijo: "No te preocupes pequeña mariposa, te ayudaremos".
Decidieron buscar ayuda para la mariposa herida y continuaron siguiendo el camino hasta llegar a una pequeña cabaña en medio del bosque. Toquen la puerta con timidez.
Un anciano amable les abrió la puerta y les preguntó: "¿Cómo puedo ayudarlos?"Mateo mostró la mariposa al anciano mientras explicaba lo que había sucedido. El anciano sonrió gentilmente y les ofreció traer algunos suministros para curarla. Mientras esperaban al anciano, Mateo le contó sobre cómo se habían perdido en el bosque.
El anciano escuchó atentamente y les dio algunos consejos para encontrar su camino de regreso a casa. "Recuerden siempre mirar a su alrededor y observar los detalles del entorno. A veces, la respuesta está justo frente a nosotros", dijo el anciano sabiamente.
Después de curar la mariposa con cuidado, Mateo y Rocky se despidieron del amable anciano. Siguiendo sus consejos, comenzaron a prestar más atención al camino que seguían mientras caminaban de regreso.
De repente, Mateo vio un árbol grande con una marca tallada en el tronco. Recordó haber pasado por ese árbol antes y supo que estaban cerca de casa. Gracias a su observación detallada, encontraron finalmente el camino correcto.
Cuando llegaron a casa, Mateo soltó la mariposa herida en un jardín lleno de flores coloridas. La mariposa voló felizmente hacia las flores mientras ellos sonreían satisfechos. "Rocky, aprendimos algo muy importante hoy: nunca debemos perder la esperanza cuando nos enfrentamos a problemas difíciles.
Siempre hay una solución si prestamos atención y utilizamos nuestra creatividad", dijo Mateo emocionado. Rocky ladró como si estuviera de acuerdo mientras saltaba alrededor de Mateo llenándolo de alegría.
Desde aquel día, Mateo y Rocky siguieron explorando juntos pero siempre recordaron los valiosos consejos del anciano sabio. A medida que crecían, se convirtieron en expertos aventureros capaces de resolver cualquier problema que se les presentara en el camino.
Y así, Mateo y Rocky demostraron que la amistad, la observación y la creatividad pueden superar cualquier desafío.
FIN.