El bosque de los secretos



Era un día soleado cuando Tomás y Valentina decidieron explorar el bosque que se encontraba detrás de sus casas. Aunque todos en el pueblo hablaban sobre lo aterrador que era, ellos estaban más emocionados que asustados. "Vamos, no puede ser tan terrible como dicen", dijo Tomás, mientras tomaba de la mano a Valentina.

Con cada paso que daban, los árboles parecían cerrarse a su alrededor, mientras hojas susurraban en el viento. "¿Oíste eso?", preguntó Valentina, mirando a su alrededor. Pero Tomás estaba demasiado concentrado en encontrar algo interesante. "Solo son los árboles hablando", respondió riéndose.

Después de un rato, se encontraron con un claro que tenía una luz especial; brillaba como si el sol se metiera entre las ramas solo para iluminar ese lugar. Allí, en medio del claro, apareció una niña con un vestido blanco y un brillo etéreo, flotando levemente. "Hola, soy Lila", dijo la niña con una voz suave que resonaba como un eco.

Valentina se quedó atónita, mientras Tomás se acercaba pensativo. "¿Eres una... fantasma?", preguntó con un hilo de miedo y curiosidad. Lila sonrió. "Sí, pero no soy un fantasma aterrador, soy un símbolo de este bosque. Vengo a ayudar a quienes tienen miedo."

"¿Por qué se dice que este bosque es aterrador?", preguntó Valentina, que ya empezaba a sentirse más cómoda. "La gente teme a lo desconocido. Este bosque guarda secretos, pero también mucha belleza y magia. ¿Quieren conocerla?". Tomás y Valentina asintieron emocionados.

Lila mostró a los niños cómo las plantas podían curarse a sí mismas y cómo cada criatura del bosque tenía un papel importante. "¿Ves esa mariposa?", preguntó Lila mientras señalaba una mariposa de colores vibrantes. "Es parte del ciclo de la vida aquí, sin ella, muchas flores no podrían crecer".

De repente, un ruido estruendoso interrumpió la conversación. Los niños se sobresaltaron. "¿Qué fue eso?", gritó Valentina, asustada. Lila les hizo un gesto de calma. "Es solo la forma en que el bosque se comunica. A veces las ramas caen o los animales se mueven rápidamente."

Como si el bosque estuviera respondido, un grupo de ardillas curiosas se acercó a ellos. "Miren, no hay razón para temer. Vengan, síganme," dijo Lila, guiándolos más adentro del bosque.

Mientras caminaban, la atmósfera se volvía cada vez más mágica y llena de colores. "¿Ves?", sonrió Lila, ``esto es lo que el miedo suele ocultar. Hay tanto que aprender, solo debemos mirar con atención."

Al llegar a un pequeño lago, Lila les enseñó a observar el reflejo de las nubes en el agua. "¿Entonces el miedo es a menudo solo algo que no comprendemos?", preguntó Tomás, reflexionando sobre sus palabras. —"Exactamente" , respondió Lila. "El miedo puede enseñarnos cosas valiosas si le damos una oportunidad".

De repente, un suave viento sopló y se oyó el eco de risas que llenaba el aire, como si el bosque entero celebrara su valentía. "¿Lo ves? El bosque no es aterrador, solo es un lugar lleno de vida esperando a ser descubierto", dijo Lila.

Tomás y Valentina se miraron asombrados, ya no sentían miedo, solo curiosidad y alegría. "Deberíamos contarle a todos lo especial que es este bosque", sugirió Valentina. "¡Sí!", acordó Tomás. "El bosque quiere que lo conozcamos".

Lila sonrió. "Elijo mostrarme solo a aquellos que están dispuestos a aprender. Cada uno de ustedes puede ser un embajador de este lugar, y lo que aprendieron aquí puede ayudar a otros a comprender y disfrutarlo también".

Cuando el sol comenzó a bajar, Lila llevó a Tomás y Valentina de vuelta al inicio del bosque. - ``Gracias por enseñarnos, Lila. Prometemos contar lo que vivimos aquí.``

- ``Nunca olviden que de cada miedo puede componerse una bella historia. Recuerden siempre la magia del bosque y la importancia de descubrir la belleza en lo desconocido. ``

La niña fantasma sonrió y, en un destello de luz, se desvaneció entre los árboles, dejando a Tomás y Valentina llenos de inspiración. Regresaron a casa con historias en sus corazones, decidiendo que nunca más volverían a temer a lo desconocido, sino que lo enfrentarían con curiosidad y valentía.

FIN.

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