El bosque de los secretos mágicos


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Brillostrella, una niña llamada Estela. Desde que era muy pequeña, Estela tenía la maravillosa habilidad de viajar con su mente a través de lugares fantásticos.

Mientras los demás niños jugaban en el parque, ella cerraba los ojos y se sumergía en mundos llenos de magia y aventuras. Una tarde soleada, Estela decidió explorar un nuevo lugar en sus viajes mentales.

Cerró los ojos con fuerza y se concentró en su deseo de descubrir algo emocionante. De repente, se vio envuelta en un bosque encantado lleno de árboles gigantes y brillantes luciérnagas que iluminaban el camino.

- ¡Guau! ¡Esto es increíble! -exclamó Estela mientras corría entre las sombras del bosque. De pronto, escuchó una voz suave y melodiosa que provenía de lo alto de un árbol centenario.

Era el hada Alba, quien le dijo:"¡Bienvenida, Estela! Soy el hada Alba y estoy aquí para guiarte en tu viaje por este mágico bosque. "Estela sonrió emocionada y siguió al hada Alba a través del bosque. Juntas cruzaron ríos cristalinos, montañas nevadas y praderas llenas de flores multicolores.

En cada lugar que visitaban, el hada Alba enseñaba a Estela lecciones importantes sobre la naturaleza, la amistad y la valentía. Un día, mientras caminaban por un sendero empedrado rodeado de arbustos frondosos, escucharon un llanto desgarrador proveniente de un seto cercano.

Se acercaron con cuidado y descubrieron a un pequeño conejito atrapado entre las ramas espinosas. "¡Oh no! ¡Pobrecito conejito!" -exclamó Estela preocupada.

Sin dudarlo ni un segundo, Estela utilizó sus poderes mentales para crear unas tijeras mágicas que cortaron hábilmente las ramas sin lastimar al conejito. El animalito saltó de alegría y le dio las gracias a Estela con cariñosos brincos. El hada Alba miró orgullosa a Estela y le dijo:"Has demostrado tener un corazón valiente y generoso, querida Estela.

Recuerda siempre que tus pensamientos pueden ser tan poderosos como tus acciones. "Estela asintió con gratitud mientras abrazaba al conejito salvado.

Desde ese día, continuaron su viaje por el bosque encantado aprendiendo juntas nuevas lecciones sobre bondad, resiliencia y amor por la naturaleza. Y así fue como la estrella llamada Estela brilló más fuerte que nunca al llevar consigo las enseñanzas mágicas del hada Alba a cada rincón del universo infinito donde sus pensamientos podían llegar.

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