El Bosque de los Sueños
En un rincón oculto del mundo, existía un bosque mágico llamado El Bosque de los Sueños. Allí, todo era posible, y cada día era una nueva aventura. Las flores hablaban, los árboles susurraban secretos, y las estrellas danzaban entre las ramas.
Un día soleado, una pequeña hada llamada Lila decidió explorar el bosque. Tenía alas de colores brillantes que centelleaban al sol. "Hoy quiero conocer a un amigo especial", dijo Lila mientras volaba hacia una colorida flor que sonreía.
La flor, llamada Margarita, le respondió: "Si buscas un amigo, quizás deberías visitar el Lago de las Maravillas. Allí se dice que vive un sapo muy sabio llamado Don Salto".
Emocionada, Lila siguió el camino de pétalos que la llevó hacia el lago. Cuando llegó, se encontró con Don Salto, un sapo de grandes ojos y una sonrisa contagiosa. "¡Hola, pequeña hada! ¿Qué te trae por aquí?", preguntó Don Salto.
"Busco un amigo, alguien con quien compartir mis aventuras", respondió Lila con los ojos brillantes.
"Eso es maravilloso. ¿Qué te parece si juntos buscamos más amigos?", dijo Don Salto. Así, Lila y Don Salto emprendieron un viaje divertido por el bosque.
Mientras caminaban, se encontraron con un grupo de animales: un conejo llamado Brinco, una tortuga sabia llamada Tula y un pájaro cantor llamado Albo.
"¿Puedo unirme a su aventura?", preguntó Brinco emocionado.
"Yo también quiero ser parte de esto", agregó Tula, muy tranquila pero con una chispa en sus ojos.
"Y yo les cantaré canciones mientras viajamos", dijo Albo alzando el vuelo.
Lila sonrió y dijo: "¡Cuántos amigos nuevos! Ahora somos un gran grupo".
Poco después, mientras exploraban el bosque, se toparon con un misterioso laberinto hecho de arbustos altos. "¡Oh no!", exclamó Tula. "¿Cómo saldremos de aquí?".
"No se preocupen", dijo Lila. "Utilizaré mi magia para ayudarlos". Con un leve movimiento de su varita, las brujas de los arbustos comenzaron a iluminarse y formaron un camino brillante que los llevó hacia la salida.
"¡Qué asombroso, Lila! Eres una hada muy poderosa", dijo Brinco, saltando de alegría.
Pronto, llegaron a una colina donde la luna brillaba como nunca antes. "¡Felicidades! Han conseguido salir del laberinto", dijo una voz suave detrás de ellos. Era un anciano búho llamado Don Sabio, que observaba todo desde lo alto de un árbol. "Siempre que trabajen juntos, serán indestructibles".
"Eso es verdad", dijo Lila, mirando a sus nuevos amigos.
Mientras la noche caía, decidieron regresar al lago. Allí, Lila se dio cuenta de que había encontrado lo que buscaba: un grupo de amigos que la apoyaban. "Gracias, amigos, por acompañarme en esta aventura", dijo emocionada.
"Siempre estaremos contigo", dijo Don Salto, mientras sus ojos brillaban con complicidad.
Y así, en medio del bosque mágico donde la amistad y la magia reinaban, Lila y sus amigos vivieron muchas más aventuras juntos, aprendiendo que, con apoyo y cariño, todo es posible.
Desde aquel día, El Bosque de los Sueños se llenó aún más de risas y alegría, y la magia nunca dejó de brillar.
FIN.