El Bosque de los Sueños
En un rincón mágico del mundo, había un niño llamado Lucas que soñaba con aventuras. Un día, mientras exploraba un bosque lleno de árboles altos y flores brillantes, escuchó un suave susurro.
- '¡Hola! ¿Hay alguien ahí?' - preguntó Lucas, un poco asustado.
De repente, apareció una pequeña hada con alas de colores que brillaban como el arcoíris.
- '¡Hola, Lucas! Me llamo Lila. Este es el Bosque de los Sueños, donde los deseos se hacen realidad. ¡Ven, tengo algo increíble para mostrarte!' - exclamó Lila.
Lucas, emocionado, la siguió. Juntos cruzaron ríos y saltaron sobre piedras, hasta llegar a un claro donde un dragón de escamas verdes y ojos ambarinos dormía sobre una montaña de tesoros.
- '¡Oh, un dragón! ¿Es peligroso?' - preguntó Lucas, un poco nervioso.
- 'No, no es malo, solo está dormido. Se llama Drako y es el guardián de los sueños de todos los que visitan este bosque' - explicó Lila.
Lucas miró al dragón, quien de repente se despertó y abrió los ojos curiosos.
- '¿Quién interrumpe mi siesta?' - gruñó Drako, estirando sus alas enormes.
- '¡Soy yo, Lila! Y este es Lucas, un niño valiente que quiere conocer el bosque.' - dijo Lila con una sonrisa.
- '¿Valiente, eh? Bueno, Lucas, ¿quieres vivir una aventura?' - preguntó Drako con voz profunda.
- '¡Sí, por favor!' - respondió Lucas, entusiasmado.
Drako se agachó y le ofreció a Lucas montarse en su lomo. Con un brillo de emoción, Lucas subió y se aferró fuertemente mientras Drako despegaba y volaba sobre el bosque.
- '¡Woooooow! ¡Es increíble!' - gritó Lucas mientras sentía el viento en su cara.
Entonces, de repente, Drako empezó a descender, aterriceando en una isla flotante llena de criaturas mágicas. Allí, todos los animales estaban en medio de una gran fiesta, bailando y cantando.
- 'Esto es maravilloso, pero... ¿qué estamos haciendo aquí?' - preguntó Lucas.
- 'Estamos aquí porque necesitamos ayuda. Un hechizo malvado ha robado la canción de la alegría de nuestro bosque' - explicó una pequeña ardilla de cola esponjosa.
- '¡Queremos devolver la alegría a todos!' - añadió un pájaro cantores.
- 'Podemos hacerlo juntos. Cada uno de nosotros tiene algo que ofrecer,' - dijo Lila con determinación.
Lucas pensó durante un momento y luego dijo:
- 'Propongo que cada uno de nosotros cuente una historia divertida. Las historias hacen volar la imaginación y pueden vencer la tristeza.'
Los animales asintieron y comenzaron a contar chistes y aventuras. Después de un rato, el tono de la isla cambió, la risa y la alegría comenzaron a fluir como un río.
- '¡Eso es! ¡Las risas son la clave!' - dijo Drako emocionado.
Con cada historia, el hechizo se debilitaba hasta que, de pronto, una hermosa melodía brotó del corazón del bosque. Un arcoíris de colores iluminó el cielo, y la canción de la alegría volvió a llenar el aire.
- '¡Lo logramos! ¡Gracias, Lucas!' - gritó Lila.
Lucas se sintió orgulloso y feliz, pero aún quedaba un último desafío.
- 'Solo hay una forma de asegurarnos de que el hechizo no vuelva a repetirse: debemos aprender a compartir la alegría.' - dijo Drako.
- '¡Sí, todos debemos compartir nuestras historias y risas con el mundo!' - exclamó Lucas.
Así, Lila, Drako y Lucas se despidieron de los nuevos amigos en la isla y regresaron al bosque, donde Lucas regresó a su hogar. Pero la magia del Bosque de los Sueños siempre viviría en su corazón.
Cada vez que alguien contaba una historia o compartía una risa en su pueblo, las criaturas mágicas se alegraban, y el bosque se llenaba de luz y alegría.
Y así, aquel niño aprendió que la verdadera magia radica en compartir momentos felices y crear recuerdos con los demás. Desde entonces, todos los días en su pueblo, contaba historias y hacía reír a sus amigos, convirtiendo cada día en una aventura mágica.
Y con eso, Lucas y sus amigos vivieron felices, recordando siempre que la alegría es un tesoro que se multiplica cuando se comparte.
FIN.