El Bosque de los Sueños



Había una vez una niña llamada Clara, que vivía al borde de un vasto y misterioso bosque. A Clara le encantaba jugar entre los árboles y correr por los senderos cubiertos de hojas. Sin embargo, lo que más disfrutaba era su tiempo con un viejo roble que se encontraba en el centro del bosque. El roble tenía un tronco tan ancho que Clara podía abrazarlo con sus brazos y siempre le contaba sus sueños.

Un día, mientras Clara estaba sentada con su espalda contra el árbol, se le ocurrió una idea brillante. "¡Voy a hacer un picnic con mis amigos!"- exclamó emocionada. Y así, decidió invitar a todos sus amigos del barrio para que disfrutaran de un día especial en el bosque.

Clara pasó toda la mañana preparándose. Hizo un delicioso pollo guisado, cortó algunas verduras frescas y preparó unos limonadas. Luego, cargó todo en una canasta grande y se dirigió al árbol. "No puedo esperar a que lleguen todos, viejo amigo"- le dijo al roble mientras acomodaba la manta.

Cuando sus amigos llegaron, comenzaron a jugar, reír y explorar el bosque juntos. Pero pronto se percataron de que no todos se sentían cómodos. Uno de ellos, Lucas, tenía miedo de adentrarse en el bosque. "No sé si quiero ir muy lejos, a veces me da miedo lo que hay más allá de los árboles"-, confesó.

Clara, queriendo ayudar a su amigo, le dijo: "No hay nada que temer, Lucas. Solo hay que ser valiente juntos. Además, ¡pongámonos en modo aventureros!"- Y así, decidieron armar grupos y hacer un recorrido por los senderos más cercanos.

A medida que exploraban, se encontraron con un arroyo burbujeante, mariposas de todos los colores y, lo más emocionante, un pequeño claro donde la luz del sol brillaba como oro. Todos quedaron maravillados. "¡Miren qué lugar tan hermoso!"-, gritó Clara. "¡Vamos a hacer nuestro picnic aquí!"- La idea entusiasmó a todos.

Mientras disfrutaban del pollo guisado y la limonada, Clara notó que Lucas parecía más confiado. "¿Ves, Lucas? El bosque no es tan aterrador, ¿verdad?"- "No, en realidad es hermoso. Gracias, Clara, por ayudarme a salir de mi zona de confort"-, respondió él, sonriendo.

El tiempo pasó volando, y antes de darse cuenta, el sol comenzaba a ocultarse. Clara recordó que más allá de los árboles, había un lugar que nunca había explorado. "Chicos, ¿qué tal si seguimos un poco más para ver qué encontramos?"-

Todos se miraron emocionados, pero al mismo tiempo un poco asustados. Clara notó esto y propuso una solución. "¿Qué tal si nos atamos con una cuerda? Así todos estaremos juntos y será más divertido"-

Todos estuvieron de acuerdo, y con una cuerda en la mano, se aventuraron más allá del claro. Pronto se encontraron con un sendero lleno de flores que nunca habían visto antes, brillando con colores vibrantes.

Al final del sendero, encontraron un pequeño lago escondido que reflejaba el cielo. Los amigos quedaron fascinados y comenzaron a jugar en el agua. "¡Miren, puedo ver a las nubes reflejadas en el agua!"- dijo Lucas, riendo mientras chapoteaba.

Cuando finalmente decidieron regresar, Clara se sintió feliz. Había ayudado a su amigo a superar sus miedos y habían descubierto un nuevo lugar juntos. "Hoy fue un gran día. Aprendimos que hay que ser valientes y explorar, cada rincón es una aventura esperándonos"- dijo Clara mientras se despedia de sus amigos.

Desde ese día, Clara y sus amigos hicieron del bosque su lugar especial de juego y aventuras. Y siempre que Clara se sentaba junto al viejo roble, le contaba sobre los nuevos lugares que habían descubierto y las aventuras que aún les quedaban por vivir. El bosque dejó de ser un lugar de temor y se convirtió en un mundo lleno de maravillas y amistad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!