El Bosque de los Sueños



En un rincón lejano del mundo, existía un bosque encantado donde los árboles susurraban secretos y las flores brillaban como estrellas. Este lugar mágico era hogar de criaturas extraordinarias: unicornios resplandecientes y caballos valientes que compartían aventuras y sueños.

Un día, una pequeña unicornio llamada Lila decidió que quería hacer un nuevo amigo. "Voy a salir del claro donde vivo y conocer a algún caballo valiente"-, se dijo emocionada. Lila tenía un cuerno dorado que relucía con la luz del sol y un pelaje blanco como la nieve. Atravesó el frondoso bosque lleno de colores vibrantes y cantos de aves.

Mientras tanto, un caballo llamado Rayo estaba practicando sus saltos en su pradera. Era un caballo de pelaje marrón brillante y una energía inagotable. "Soy el caballo más rápido del bosque, ¡nadie puede seguirme!"-, solía decir a sus amigos.

Lila llegó a un claro donde Rayo estaba ensayando sus saltos. "Hola, ¿puedo unirme a ti? Me gustaría ser tu amiga"-, dijo Lila con alegría. Rayo, un poco sorprendido por la aparición de la unicornio, respondió: "¿Qué? ¿Una unicornio quiere ser mi amiga? Está bien, pero tienes que demostrarme que eres valiente"-.

Lila, emocionada por el desafío, aceptó. "¿Qué tengo que hacer?"-, preguntó. Rayo pensó un momento y dijo: "Tengo una idea. Juntos, deberíamos ir al corazón del bosque y encontrar la fuente brillosa, dicen que está custodiada por un dragón de fuego. Solo los más valientes pueden llegar hasta allí"-.

Sin dudarlo, Lila y Rayo emprendieron el viaje. Al avanzar, encontraron muchos obstáculos: un río caudaloso, un espeso matorral y un pequeño desfiladero. Pero cada vez que se encontraban con un problema, Lila utilizaba su magia. "¡Poder de la amistad!"-, decía y con un destello de su cuerno, lograba ayudar a Rayo a cruzar o a despejar el camino.

Cuando llegaron a la cueva del dragón, se sintieron un poco asustados. Lila miró a Rayo y le dijo: "Quizás deberíamos volver..."-. Pero Rayo, sintiendo que había hecho un gran progreso con Lila a su lado, respondió: "No, ya llegamos hasta aquí, juntos podemos enfrentarlo"-.

Respiraron hondo y entraron en la cueva. Allí estaba el dragón, de escamas rojas y ojos que emitían llamas, pero en lugar de rugir, el dragón se veía triste. "¿Qué los trae a mi cueva?"-, preguntó el dragón. Lila, con ternura, se acercó y le dijo: "Vimos que custodiabas esta fuente... ¿No quieres que seamos amigos?"-. El dragón los miró con asombro. "¡Amigos! Nadie ha venido a verme por mucho tiempo, solo se asustan y huyen"-.

Entonces, Lila y Rayo decidieron contarle historias sobre el bosque, sobre las aventuras que habían tenido. El dragón, emocionado, dejó de lado su tristeza. "Si quieren, puedo llevarlos volando sobre el bosque"-, ofreció.

Los tres, ahora amigos, volaron por los cielos del bosque encantado, disfrutando de la belleza de la naturaleza. Cuando regresaron a la tierra, el dragón les mostró la fuente brillosa, que a partir de ese día se convirtió en un lugar de encuentro para todos los habitantes del bosque.

El tiempo pasó, y Lila y Rayo frecuentaron al dragón, aprendiendo juntos lecciones sobre la amistad, la valentía y cómo la bondad puede transformar incluso un corazón muy solitario. Y así, el bosque encantado se llenó de risas y nuevas aventuras, donde unicornios, caballos y dragones vivieron en armonía, recordando siempre que la verdadera fuerza radica en la unión y la amistad.

FIN.

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