El Bosque de los Sueños



En un pequeño pueblo llamado Villa Arcoíris, había un bosque encantado que todos los chicos soñaban con explorar. Se decía que en el centro del bosque había un lago mágico que concedía deseos, pero que estaba protegido por una antigua criatura llamada Grom, un dragón amistoso que solo dejaba pasar a los valientes de corazón.

Un día, tres amigos, Mia, Lucho y Ana, decidieron que era el momento de vivir una aventura.

"¿Se animan a ir al bosque?", preguntó Mia con emoción.

"¡Sí! Escuché que hay un dragón que protege el lago", dijo Lucho, con los ojos brillantes.

"No tengamos miedo. Juntos podemos hacer cualquier cosa", agregó Ana, tratando de infundirles valor.

Los tres amigos se equiparon con una mochila llena de bocadillos, una linterna y una brújula. Con sus corazones latiendo de emoción, se adentraron en el bosque.

Mientras caminaban, se encontraron con un árbol gigante que hablaba.

"¡Hola, pequeños aventureros! Soy el árbol Sabio. ¿Cuál es su intención al cruzar mis ramas?"

"Vamos a buscar el lago mágico del dragón!", respondió Lucho.

"Recuerden, para encontrarlo deben ser valientes y mantener la amistad intacta. No se dejen llevar por el miedo", dijo el árbol, antes de abrir un camino con sus ramas.

Los amigos siguieron el camino y después de un rato llegaron a un claro. Allí, encontraron un puente hecho de flores que cruzaba un arroyo brillante. Pero al empezar a cruzar, una densa niebla los envolvió.

"¿Dónde estamos? No puedo ver nada!", gritó Ana, asustada.

"Tranquila, no dejemos que el miedo nos separe!", dijo Mia.

"Cerrá los ojos y recordá por qué estamos aquí", sugirió Lucho.

Juntos, respiraron profundo y unieron sus manos, recordando la promesa de ser valientes. La niebla comenzó a despejarse y lograron cruzar el puente.

Finalmente, encontraron el lago que reflejaba un cielo estrellado, aunque era de día. En la orilla, estaba Grom, el dragón.

"¿Quiénes son ustedes?", preguntó Grom, con su voz profunda pero amable.

"¡Somos amigos que venimos a buscar un deseo!", dijo Lucho.

"Pero primero, deben demostrar su valentía. Resolvamos un acertijo: ¿Qué es lo que nunca se ve, pero siempre se siente?", propuso Grom.

Los amigos se miraron, pensando.

"¿Amistad?", dijo Ana.

"¡No! La respuesta es el amor!", exclamó Mia.

"Bien, esa es la respuesta correcta. La amistad y el amor son la magia que los une", dijo Grom, sonriendo.

"Ahora, hagan su deseo", les dijo.

"Deseamos que nuestra amistad sea siempre fuerte y que podamos vivir más aventuras juntos", dijo Lucho, y todos asintieron.

Grom sonrió y un rayo de luz iluminó el lago, uniendo los corazones de los amigos.

"Recuerden, el verdadero poder de la magia está en ustedes. Sigan siendo valientes y cuiden siempre de su amistad".

Con un brillo mágico en sus ojos, los amigos regresaron a casa, sabiendo que la verdadera aventura no era solo encontrar el lago, sino el viaje que habían hecho juntos.

Desde ese día, su lazo de amistad se fortaleció cada vez más, y siempre recordaron la lección del bosque: que la valentía y la amistad son dos de las mayores magias de la vida.

FIN.

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