El Bosque de los Sueños Brillantes



En un lugar muy lejano, existía un bosque mágico conocido como el Bosque de los Sueños Brillantes. Era un lugar lleno de color, donde las hadas danzaban entre los árboles y los unicornios paseaban por las praderas bajo arcoíris deslumbrantes.

Un día, mientras exploraba el bosque, una pequeña hada llamada Lira decidió ir en busca de un tesoro perdido que, según la leyenda, otorgaba un deseo a quien lo encontrara. Ella soñaba con la oportunidad de ayudar a su mejor amiga, una unicornio llamada Estrella, quien había perdido su brillo.

-Lira, ¿dónde vas a esta hora? -le preguntó una mariposa curiosa.

-Voy a buscar el Tesoro de los Deseos. Necesito ayudar a Estrella, su brillo se está apagando -explicó Lira con entusiasmo.

La mariposa, emocionada por la aventura, decidió acompañarla. Juntas caminaron por senderos rodeados de flores luminosas y árboles centenarios. De repente, se encontraron con un puente hecho de prismas mágicos.

-¡Mirá! -exclamó Lira-. ¡Este es el puente que nos llevará a la cueva del Tesoro de los Deseos! Pero, deberíamos tener cuidado... hay muchas pruebas que superar.

Al poner un pie sobre el puente, notaron que los prismas brillaban y emitían diferentes colores. El sabio anciano del bosque, el guardián de las pruebas, apareció ante ellas.

-Para cruzar, deberán demostrar que son amigas y que confían la una en la otra -dijo el anciano.

Lira y la mariposa miraron a su alrededor y comprendieron que tendrían que resolver acertijos juntos. El anciano les planteó el primero:

-¿Qué es aquello que, cuanto más se comparte, más crece?

-¡La amistad! -gritaron Lira y la mariposa al unísono.

-Correcto. Pueden avanzar al siguiente desafío -sonrió el anciano, dejando que las luces del puente guiaran a las amigas.

Siguieron adelante y encontraron un río de agua cristalina, pero con un puente de nubes que solo se formaba mediante un canto armónico. Aquí, Lira y la mariposa debían cantar juntas una melodía que mostrara su conexión. Se tomaron de las manos y comenzaron a cantar una canción alegre sobre la amistad.

Cuando terminaron, el puente de nubes se formó ante ellas, permitiéndoles cruzar. Sin embargo, al llegar al otro lado, escucharon un llanto suave. Era Estrella, quien las había seguido, preocupada por su amiga.

-Lira, ¿qué haces aquí? -preguntó la unicornio entre lágrimas.

-Venimos a buscar el tesoro para que regreses a brillar -respondió Lira con determinación.

Estrella, conmovida, decidió unirse a la aventura. Juntas, llegaron a la entrada de la cueva, donde las paredes resplandecían con una luz dorada. Dentro, encontraron el Tesoro de los Deseos, rodeado de centelleantes estrellitas.

-Para usar el tesoro, deben unirse en un deseo -dijo el guardián, quien había llegado con ellas en la cueva.

-¿Qué haremos? -preguntó Lira.

-Quiero brillar como antes… pero también quiero que siempre tengamos aventuras juntas -sollozó Estrella.

-¡Entonces eso es lo que debemos desear! -gritó la mariposa.

Las tres se unieron, cerraron los ojos y, juntas, pronunciaron en voz alta su deseo: “¡Queremos ser siempre amigas y siempre tener aventuras llenas de luz y magia! ”

De repente, un destello iluminó la cueva, y un arcoíris surgió en el centro. Estrella comenzó a brillar intensamente, llenando la cueva con su luz, mientras la mariposa y Lira reían de alegría.

-¡Lo logramos! -dijo Lira, abrazando a Estrella.

Desde ese día, el Bosque de los Sueños Brillantes se llenó no solo de magia, sino también de historias de amistad y aventuras. Y cada vez que los arcoíris aparecían en el cielo, las voces de Lira, Estrella y la mariposa resonaban, recordando a todos la importancia de la unión y la confianza en los amigos.

Y así, el bosque continuó expandiendo su magia, creando nuevas historias de sueños y amistad.

FIN.

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