El bosque de los sueños mágicos


Había una vez una niña llamada Rosario, que tenía un gran corazón y siempre buscaba formas de ayudar a los demás. Un día, mientras jugaba en su jardín, encontró un misterioso libro con letras doradas en la portada.

Intrigada, Rosario abrió el libro y se encontró con una página en blanco. Sin pensarlo dos veces, decidió escribir "Quiero viajar" en esa página.

De repente, el libro comenzó a brillar intensamente y Rosario se vio envuelta por una luz mágica. Cuando la luz desapareció, Rosario se dio cuenta de que había viajado a un lugar completamente nuevo. Se encontraba en medio de un bosque encantado lleno de colores vibrantes y árboles gigantes.

Mientras exploraba el bosque, escuchó risas provenientes de detrás de unos arbustos. Se acercó sigilosamente y descubrió a dos duendes traviesos jugando entre sí. "¡Hola! Soy Rosario", dijo ella entusiasmada. Los duendes saltaron sorprendidos al verla.

"¡Una niña humana! ¡Qué sorpresa!", exclamaron los duendes riendo. Rosario les contó sobre su viaje mágico y cómo quería ayudar a las personas.

Los duendes estaban impresionados por su nobleza y decidieron mostrarle algo especial: un río mágico que podía conceder deseos si uno era lo suficientemente generoso. Los tres amigos caminaron hasta llegar al río mágico. Mientras observaban el agua cristalina, vieron a una triste tortuga que luchaba por llegar a la orilla. "¡Debemos ayudarla!", dijo Rosario decidida.

Los duendes asintieron y juntos se acercaron al río para rescatar a la tortuga. Con mucho esfuerzo, lograron llevarla de regreso a tierra firme. La tortuga, muy agradecida, les dijo que tenía un deseo especial: quería volar como los pájaros.

Rosario pensó en cómo podría hacer realidad ese deseo y recordó una antigua historia sobre unas semillas mágicas que crecían en lo alto de una montaña cercana. Sin perder tiempo, los cuatro amigos emprendieron el viaje hacia la montaña.

Escalaron rocas empinadas y cruzaron puentes colgantes hasta llegar al lugar donde crecían las semillas mágicas. Rosario tomó algunas semillas y las plantó en el suelo cerca de la tortuga. Pronto, brotaron pequeñas plantas con hojas brillantes y coloridas plumas.

La tortuga estaba emocionada al verlas y se subió encima de ellas. De repente, las plantas comenzaron a elevarse suavemente del suelo llevando consigo a la tortuga.

¡Estaban volando! La alegría invadió sus corazones mientras disfrutaban del increíble vuelo sobre el bosque encantado. Rosario se sentía feliz de haber cumplido el deseo de la tortuga y aprendió que siempre hay formas creativas de ayudar a los demás.

Después de un emocionante día lleno de aventuras, Rosario decidió regresar a casa. Cuando abrió nuevamente el libro dorado, otra página en blanco apareció frente a ella. Esta vez, escribió "Gracias por la maravillosa experiencia" y el libro comenzó a brillar nuevamente.

La luz mágica envolvió a Rosario y la llevó de regreso a su jardín. Estaba emocionada de contarle a su familia sobre su increíble viaje y cómo había aprendido que siempre hay formas de ayudar y hacer felices a los demás.

Desde ese día, Rosario se convirtió en una niña ángel que inspiraba a todos con su bondad y creatividad. Y cada vez que necesitaba un poco de magia en su vida, simplemente abría el libro dorado y dejaba volar su imaginación.

Dirección del Cuentito copiada!