El Bosque de los Sueños Perdidos



Era una tarde tranquila cuando Lucas, Tomás y Carla decidieron explorar el misterioso bosque que se encontraba cerca de su barrio. Habían escuchado historias de un lugar mágico, donde los sueños de los niños se escondían entre los árboles y donde todo era posible, pero también se decía que estaba cubierto de niebla y lleno de desafíos.

"¿Están listos para la aventura?" - preguntó Lucas, con una sonrisa en el rostro.

"¡Sí!" - respondió Carla, emocionada.

"Pero... ¿no dicen que es peligroso?" - dudó Tomás, mirando hacia la niebla que se asomaba entre los troncos.

Al escuchar la palabra “peligroso”, Carla decidió tomar la delantera para alentar a sus amigos.

"Vamos, estoy segura de que juntos podremos enfrentar cualquier cosa. Además, ¡es un bosque mágico y debemos ayudarlo a volver a vivir!" - dijo, con determinación.

Así, los tres amigos avanzaron, adentrándose en la niebla. A medida que caminaban, empezaron a ver sombras que danzaban entre los árboles. De repente, una voz suave les habló desde la oscuridad.

"Bienvenidos al Bosque de los Sueños Perdidos. ¿Están listos para enfrentar sus miedos y recuperar el color de este lugar?" - dijo la voz.

Los amigos se miraron entre sí, perplejos pero intrigados. Entonces, la voz continuó:

"Para darle vida a este bosque, deben completar tres retos. Cada reto les ayudará a enfrentar sus miedos y, al superarlos, verán cómo el bosque se transforma."

Lucas, Tomás y Carla asintieron, decididos a enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

El primer reto fue el más complicado para Tomás. Tenía que cruzar un puente colgante que colgaba sobre un abismo lleno de niebla.

"No puedo... tengo miedo de caer" - dijo Tomás, temblando.

Carla se acercó a él y le dijo:

"Tomás, siempre has sido valiente en nuestras aventuras. Solo tienes que dar un paso a la vez. Yo estaré a tu lado."

Tomás respiró hondo, tomó la mano de Carla y juntos comenzaron a cruzar el puente. Con cada paso, se sintió más seguro. Finalmente, cuando llegaron al otro lado, miró hacia atrás, y sonrió.

"¡Lo logré!" - exclamó, mientras el puente se iluminaba de colores brillantes.

"Mirá el bosque, ¡está cobrando vida!" - dijo Lucas, señalando las luces que empezaban a brillar entre los árboles.

El segundo reto les esperaba en un claro iluminado por luciérnagas. Lucas tenía que enfrentarse a su miedo a hablar frente a otros. En el centro del claro había un gran árbol con un rostro amable.

"Hola, pequeño. Cuéntame un sueño tuyo" - le dijo el árbol.

Lucas miró a sus amigos, sintiéndose abrumado.

"No sé si puedo..." - murmuró.

Sin embargo, Tomás alentó:

"¡Vamos, Lucas! Tu sueño es importante. Nadie puede juzgarte aquí."

Lucas recordó lo mucho que amaba dibujar. Con voz temblorosa, comenzó a compartir su sueño de ser un gran artista.

"Siempre he querido pintar un cuadro en el que el bosque esté lleno de colores."

A medida que hablaba, los colores comenzaron a aparecer en el árbol y la niebla se disipó.

"¡Eso es, Lucas!" - celebró Carla.

El bosque empezó a llenarse de flores brillantes, pájaros cantores y mariposas danzantes. Pero aún quedaba un reto por completar.

El último reto fue el más extraño. Las tres criaturas de niebla, que parecían sombras, se acercaron.

"Debes dejar ir un miedo que guardas en tu interior" - dijeron en un susurro.

Carla sintió que era el momento perfecto para compartir su miedo a no ser aceptada.

"A veces siento que no soy lo suficientemente buena para mis amigos..." - confesó.

"Esa no es la verdad, Carla. Todos te queremos por quien eres" - dijo Lucas.

Tomás asintió y agregó:

"No hay nada que puedas hacer para que no te queramos. ¡Eres genial!"

Entonces, con el apoyo de sus amigos, Carla cerró los ojos y dejó ir su miedo. Cuando lo hizo, una luz brillante envolvió todo el bosque y en un instante, todo estuvo lleno de colores vivos.

Los tres amigos se dieron la mano en señal de victoria.

"¡Lo hicimos!" - gritó Tomás, emocionado.

"El bosque es hermoso ahora" - agregó Lucas, admirando su transformación.

Agradecidos, el árbol les habló de nuevo:

"Han traído vida al bosque. Cada vez que enfrenten sus miedos, verán que el mundo puede volverse más colorido. Recuerden siempre que los sueños son poderosos y, sino se cuidan entre ustedes, nunca se perderán."

Los amigos se despidieron del Bosque de los Sueños Perdidos, sabiendo que siempre llevarían a su hogar el mensaje de la valentía, la amistad y la importancia de los sueños. Mientras regresaban, la niebla se disipó completamente, dejando al descubierto un camino lleno de colores y flores que nunca olvidarían.

FIN.

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