El bosque de sabores



Había una vez en el bosque, un zorro llamado Zorro, un ciervo llamado Ciervo y un conejo llamado Conejito. Los tres eran muy buenos amigos y les encantaba explorar juntos.

Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un árbol lleno de frutas deliciosas. Había manzanas rojas y jugosas, peras dulces y suculentas, naranjas brillantes y plátanos amarillos. - ¡Miren todas estas frutas! -exclamó Zorro con emoción-.

¡Podemos comerlas! - Pero primero debemos asegurarnos de que sean seguras para comer -advirtió Ciervo-. Algunas frutas pueden ser peligrosas. Conejito se acercó al árbol y olió las frutas. Luego tomó una manzana roja y la mordió con cuidado. - Mmm...

¡está deliciosa! -dijo Conejito mientras saboreaba la jugosa manzana. Zorro se acercó al árbol y agarró una pera madura. La olfateó antes de darle una pequeña mordida. - Uy, esta pera está demasiado madura para mi gusto -comentó Zorro-. Creo que prefiero las manzanas.

Ciervo miraba atentamente a sus amigos mientras ellos probaban las diferentes frutas. Decidió tomar una naranja brillante y la peló cuidadosamente con sus pezuñas. - Esta naranja está llena de vitamina C -explicó Ciervo-.

Es buena para nuestra salud y nos ayuda a mantenernos fuertes. Los tres amigos continuaron explorando el bosque y encontraron más árboles llenos de frutas diferentes. Se dieron cuenta de que cada fruta tenía un sabor único y beneficios para su salud.

- ¡Qué maravilla es la naturaleza! -exclamó Zorro-. Tenemos tantas frutas deliciosas para disfrutar y mantenernos sanos. Conejito asintió con entusiasmo mientras comía un plátano amarillo.

- Sí, es importante comer frutas todos los días para crecer fuertes y tener energía para jugar -dijo Conejito con una sonrisa en su rostro. Desde ese día, Zorro, Ciervo y Conejito se convirtieron en expertos en identificar las frutas más sabrosas y saludables.

Comían manzanas cuando querían algo jugoso, peras cuando deseaban algo dulce, naranjas cuando necesitaban vitamina C y plátanos cuando buscaban energía extra.

Y así, los tres amigos vivieron felices en el bosque, disfrutando de las deliciosas frutas que la naturaleza les ofrecía, siempre recordando lo importante que era cuidar de su salud a través de una alimentación equilibrada. Fin.

FIN.

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